Media votos
6,1
Votos
1.550
Críticas
63
Listas
7
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Caligari sin gabinete:
6
6,4
17.656
Drama
Delft, Holanda, 1665. Griet entra a servir en casa de Johannes Vermeer, el cual, consciente de las dotes de la joven para percibir la luz y el color, irá introduciéndola poco a poco en el mundo de su pintura. Maria Thins, la suegra de Vermeer, al ver que Griet se ha convertido en la musa del pintor, decide no inmiscuirse en su relación con la esperanza de que su yerno pinte más cuadros. Griet se enamora de Vermeer, aunque no está segura ... [+]
16 de julio de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una pena de película. Con otro guión menos convencional se podrían haber aprovechado mejor su bella fotografía y buenos planos de cuadros costumbristas del siglo XVII. Pero la historia es predecible y plana. El personaje de Vermeer podía haberse profundizado mejor; yo ahí solo veo a Colin Firth, políticamente correcto como siempre. El ritmo se llega a hacer lento en ocasiones. En fin, entre 'pasable' e 'interesante'. Aunque si te gusta la historia del arte, no puedes perdértela. Es fue la razón por la que corrí a verla hace años en cuanto supe que existía, y la razón por la cual ayer me senté a verla cuando la echaron por la TV.
Lo mejor: por ejemplo, cuando Griet abre las ventanas y entra la luz y el color. La fotografía, repito, es lo mejor de la película con diferencia.
Lo peor: Poca profundización en algunos personajes, como el carnicero o el propio Vermeer.
Lo mejor: por ejemplo, cuando Griet abre las ventanas y entra la luz y el color. La fotografía, repito, es lo mejor de la película con diferencia.
Lo peor: Poca profundización en algunos personajes, como el carnicero o el propio Vermeer.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
¿Y el final? ¿triste o feliz? Agridulce, quizás. La iletrada Griet, destinada a una vida de criada en su clase social y su sexo, sin cultura ni posibilidades, descubre el arte y la estética. Y luego le quitan la miel de los labios. Pero el pintor le regala al menos los pendientes, para que conserve siempre el recuerdo de lo que logró y le permitió romper por un momento sus cadenas.