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Argentina Argentina · Rosario
Voto de Danivtar:
10
Drama Londres, 1950. Vera Drake es una humilde mujer que vive con su marido y sus hijos. Ella es limpiadora, y su marido es mecánico. No tienen dinero, pero son una familia unida y se sienten felices. Vera se dedica completamente a su familia, pero tiene un secreto: ayuda a jovencitas a practicar abortos, una actividad ilegal. (FILMAFFINITY)
29 de marzo de 2015
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El Secreto de Vera Drake -así como Secretos y Mentiras- forman parte de ese cine que relata historias de manera lineal, llana y realista, sin ninguna clase de recursos especiales. Sus personajes no pueden ser más simples y verdaderos, y quizás por eso terminan resultando fascinantes. Pero cuando esta clase de cine lo realiza un genio como Mike Leigh, entonces podría decirse que el recurso especial sí está, aunque intangible, y no es otro que el arte y la magia. Y en esto el director inglés se ha mostrado como un consumado maestro. Porque logra ese milagro de transmitirnos, a través de crudos hechos, algo mucho mayor, abarcativo y profundo. Eso es magia, ni más ni menos. O llámenlo como gusten, pero es algo grande. De manera tranquila y meticulosa el film va presentando y delineando a sus personajes. Pero el conjunto de las circunstancias más cotidianas confluye fatalmente en el meollo del drama humano. Así ocurre con la dulce Vera Drake y su familia -su marido mecánico, un hijo sastre y una hija operaria-, que hacia los años 50, y habiendo padecido los horrores de la guerra, tienen un aceptable pasar, dentro de las limitaciones de su clase, con su casa y sus trabajos. Vera se dedica a su casa, pero también a limpiar otras de gentes de cierto nivel; atiende con pasión a su familia, pero también es solidaria con otras personas necesitadas. Sencillez y bondad están resumidas en su persona, pero un sino trágico ha querido que estas cualidades queden también asociadas a una suerte de ritual secreto con el que Vera pretende extender su misión solidaria: la práctica de abortos clandestinos. Es así como Mike Leigh aborda uno de los temas más lacerantes, controversiales e insolubles del drama humano. Y la verdad es que su aporte no ha sido menor ni careció de repercusiones. Lo dicho, la magia de esta clase de artísticos alegatos. Y también hoy, por supuesto, nos sigue conmoviendo y sumiendo en reflexiones. La única solución para el drama del aborto sería que jamás ocurriese un embarazo no deseado. Pero la humanidad es primitiva y por supuesto imperfecta, como imperfecta resultará siempre cualquier solución que las sociedades implementen para esta tragedia. Al final nos queda siempre el imperativo del dolor inevitable propio de la condición humana. Y es lo que ocurre con Vera, cuya tremenda energía parecía en el fondo tener el objetivo de ahuyentar el dolor allí donde lo percibía y podía actuar. Pero el dolor tarde o temprano llega, y también la dura lección de su aceptación.
Danivtar
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