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Voto de antonalva:
8
Cine negro. Thriller España, a comienzos de los años 80. Dos policías, ideológicamente opuestos, son enviados desde Madrid a un remoto pueblo del sur, situado en las marismas del Guadalquivir, para investigar la desaparición de dos chicas adolescentes. En una comunidad anclada en el pasado, tendrán que enfrentarse no sólo a un cruel asesino, sino también a sus propios fantasmas. (FILMAFFINITY)
27 de septiembre de 2014
67 de 76 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dar con el tono adecuado es siempre lo más difícil e inasible de una película. No basta con que la trama tenga interés o que la época y el lugar donde se desarrolla la acción sea veraz e inapelable. Tampoco basta con que el casting sea perfecto y eficaz o que los diálogos se ajusten al ambiente y sus personajes. Por eso debo alabar esta película – que si bien me parece imperfecta – porque asume riesgos, es original sin ser novedosa y, sobre todo, presenta una riqueza visual y una fuerza dramática encomiables. Presentar lo conocido como si lo estuviéramos habitando por primera vez es muy gratificante. Encontrar soluciones arriesgadas para caminos trillados merece nuestra atención y reconocimiento.

Desde las primeras imágenes el director, Alberto Rodríguez, nos apresa y seduce, captando nuestra atención. Con solo situar la cámara en un lugar inesperado – ese picado cenital atronador – siembra el interés y la inquietud, consiguiendo fundir la trama narrativa con la textura visual: ¿cómo interpretar lo que vemos? ¿Cómo atar cabos en un entorno taciturno y garrulo? ¿Cómo ver más allá de la superficie de las cosas y de las palabras hasta reconstruir la complejidad de unos crímenes atroces? Es esta opulencia de capas y sugerencias lo más admirable de la cinta. Reproducir una época (ese año de 1980 con ecos de servidumbres recientes y esperanzas inciertas), desagraviar el olvido, advertir los detalles que nos hacen vislumbrar exenciones malsanas y tóxicas, reparar la inquietud de una comunidad al borde de la nada y con ganas de huir y salir adelante.

Quizás falte complejidad en la definición de personajes – algo lineales y monocordes – pero la poderosa trama policiaca avanza sin desfallecer ni un momento, arrastrando al espectador a la execrable montaña rusa de las bajezas y perversiones humanas más deleznables. A veces querer escapar de la desesperanza es caldo de cultivo propicio para el abuso y la extorsión sexual. Carrusel de monstruos de suaves manos y encopetado silencio distante. No hay nada como tener dinero para comprar el silencio sepulcral. Y la impunidad permanece como una constante que dibuja un mapa negrísimo y desolador lleno de corruptelas y falsas promesas que son sólo el cebo mendaz de la iniquidad.

Radiografía de una época que casi sigue siendo la nuestra, donde la belleza paisajística no disimula los lodazales enfangados de la podredumbre humana. Muy potente, muy certera y arrolladoramente pertinaz. Toda una experiencia cinematográfica.
antonalva
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