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Estados Unidos Estados Unidos · Raccoon City
Voto de Maldito Bastardo:
7
Comedia Convencido de que las coincidencias no existen, sino que guardan alguna relación con los principales enigmas de la vida, Albert Markovski (Jason Schwartzman) trata de descubrir el significado de esas coincidencias. Para ello entra en contacto con Bernard (Dustin Hoffman) y Vivian Jaffe (Lily Tomlin), un matrimonio de "Detectives Existenciales o metafísicos", que investigan los misterios más íntimos de sus clientes a base de seguirlos de ... [+]
27 de septiembre de 2009
28 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
«Me cague en la puta, coño, joder, puta mierda. ¡Qué estoy haciendo! ¡Qué cojones estoy haciendo! No sé lo que estoy haciendo. Hago lo que puedo. Ahora mismo no me puedo pedir más, ¿pero eso es suficiente? ¿Lo que hago sirve para algo? ¿A alguien le importa? ¿Es tan inútil intentar cambiar las cosas? El tío africano ese tiene que ser una señal porque si no lo es entonces nada tiene sentido para mí en este mundo. ¡Estoy jodido! Debería renunciar. ¡No, no te rindas! Creo que sería mejor que abandonara ¡No abandones, joder! Es que ya sé qué cojones se supone tengo que hacer, coño, coño, coño…»

Extrañas coincidencias: la música es de Jon Brion, habitual de Paul Thomas Anderson o Charlie Kaufman, la secuencia kafkiana inicial es ese interminable pasillo recuerda a cualquier guión del director de “Synecdoche, New York” y Dustin Hoffman vuelve a ser pieza para montar el puzzle mental como sucedia en “Más extraño que la ficción”.

David O. Russell ha realizado una película complicada de visionar por su aspecto visual y su historia de huérfanos emocionales y existenciales, extrañas coincidencias existenciales, crisis existenciales, detectives existenciales y mantas que conectan todo lo existencial. Sí, “Extrañas coincidencias” es una película existencial con dos teorías predominantes: «Todo es lo mismo a la par que diferente. Todo está conectado» y «Nada está conectado. Todo es caos».
Dos filosofías enfrentadas nacen de ese estado de dolor: el caos es orden y el orden es caos.

Filme complicado, difícil, que habla de la búsqueda de la identidad a través de la psicología conductista. Vapuleada por las enfurecidas masas el filme de David O. Russell es una extraña coincidencia en un cine que parecía perdido. Tal vez nacida para epatar pero finalmente defraudó al público: al cine no se va a leer y mucho menos a pensar. Tampoco creo que el director de “Flirteando con el desastre” lo haga ni lo deje claro, como ese desenfoque que abre y cierra el filme.

«¿Cómo no se es uno mismo?»
Maldito Bastardo
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