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Voto de Archilupo:
7
7,0
975
Comedia. Drama. Fantástico
La castidad de Britt-Marie, hija de un pastor protestante, le provoca a Satán una verruga en un párpado. Para deshacerse de ella, manda a la Tierra a don Juan para que seduzca a Britt-Marie. (FILMAFFINITY)
31 de marzo de 2008
20 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Según un proverbio nórdico, una muchacha casta es un orzuelo en el ojo del Diablo.
Con función distanciadora, un profesor nos presenta y comenta una comedia en tres actos y una escena final:
En su despacho del inframundo, un Satán con aire de subsecretario, furioso por el estado de su ojo, encarga a Don Juan una misión, a cambio de una reducción de condena: ir a la tierra, en la época actual, y seducir a la hija de un piadoso reverendo, antes de que llegue virgen a la noche de bodas.
El seductor acepta y los consejeros satánicos le inidican que a la mujer escandinava conviene acometerla adoptando un carácter mediterráneo. En compañía de su ayudante Pablo y de un diablo experto, Don Juan aparece junto a la casa del clérigo, dispuesto a usar todos sus trucos de conquistador.
Mientras el conflicto entre virtud, amor y deseo da lugar a enredos y peripecias, Bergman aprovecha para hurgar burlonamente en el lado puritano de la mentalidad sueca y tirar algún que otro dardo a la institución matrimonial, dando rienda suelta a una incisiva vena satírica.
En el reparto brilla la fresca belleza de Bibi Andersson, que ofrece intensos primeros planos.
Para reforzar en varios pasajes la agilidad de la narración, se usan fragmentos de caprichos para clave de Domenico Scarlatti.
Así como Shakespeare descansaba de las tragedias con alguna comedia, Bergman también se lo permite en medio de sus densos dramas, y crea entretenidas obras como ésta.
Con función distanciadora, un profesor nos presenta y comenta una comedia en tres actos y una escena final:
En su despacho del inframundo, un Satán con aire de subsecretario, furioso por el estado de su ojo, encarga a Don Juan una misión, a cambio de una reducción de condena: ir a la tierra, en la época actual, y seducir a la hija de un piadoso reverendo, antes de que llegue virgen a la noche de bodas.
El seductor acepta y los consejeros satánicos le inidican que a la mujer escandinava conviene acometerla adoptando un carácter mediterráneo. En compañía de su ayudante Pablo y de un diablo experto, Don Juan aparece junto a la casa del clérigo, dispuesto a usar todos sus trucos de conquistador.
Mientras el conflicto entre virtud, amor y deseo da lugar a enredos y peripecias, Bergman aprovecha para hurgar burlonamente en el lado puritano de la mentalidad sueca y tirar algún que otro dardo a la institución matrimonial, dando rienda suelta a una incisiva vena satírica.
En el reparto brilla la fresca belleza de Bibi Andersson, que ofrece intensos primeros planos.
Para reforzar en varios pasajes la agilidad de la narración, se usan fragmentos de caprichos para clave de Domenico Scarlatti.
Así como Shakespeare descansaba de las tragedias con alguna comedia, Bergman también se lo permite en medio de sus densos dramas, y crea entretenidas obras como ésta.