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Voto de tolstoievska:
9
Drama. Romance. Intriga. Comedia Una noche de verano, Jota intenta suicidarse arrojándose al mar, pero, de repente, ve caer del cielo a una joven que ha sufrido un accidente de moto. A consecuencia del golpe la joven sufre amnesia total; ni siquiera recuerda su nombre. Jota le hace creer que se llama Lisa y que ha sido su novia durante los últimos cuatro años. Juntos se van de vacaciones al camping La Ardilla Roja, donde viven una singular historia de amor y mentiras ... [+]
13 de enero de 2008
84 de 101 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace años, cuando vivía en Donosti (San Sebastian, en cristiano) -esto que cuento me sucedió realmente, en el 93-, iba por la calle con mi hermano y le dije; ¿ése del semáforo no es Medem? Sí, era Medem. Justo en el momento que iba a cruzar -estaba verde para los peatones- vino un coche a toda velocidad y estuvo a punto de atropellarlo -Medem se había quedado parado en la acera en el último momento-. Medem siguió al coche con la mirada y no hizo gesto o ademán alguno; no sé, de llamar "hijo de perra" al conductor, por ejemplo. Mi hermano y yo habíamos visto muy poco antes "La ardilla roja" en el cine -fue la primera peli de este director que vi, "Vacas" la descubrí más tarde-, y los dos habíamos comentado que no parecía cine español. Su estilo cinematográfico y su universo estaba más próximo a Lynch o a Trier o a otros creadores de mundos surrealistas. Yo me quedé literalmente flipado al ver las últimas secuencias de esta película. Luego, muchísimos años después, leí que Kubrick admiraba esta obra y la encontraba fascinante. A estos detalles se añade el hecho de que Medem rodó parte de esta peli en el barrio de Gros de Donosti -donde están los "Cubos de Moneo", y ahora es sede del "Festival de Cine"- o en una gasolinera en la que yo he puesto gasolina al coche cientos de veces. Todo esto, unido al talento que se despliega a lo largo del metraje, hacen de esta película una obra de "culto" para mí.
Volviendo a la anécdota del semáforo, yo comenté; "Mira, igual que en la peli de "La ardilla roja", un conductor asesino".
Medem siguió un rato quieto, en la acera, mirando al coche que se perdía a lo lejos -parecía que estaba ya imaginando alguna idea para introducir en su próximo guión; aunque claro, yo pensé que esta escena del conductor asesino ya la había utilizado él.

En definitiva, que los amigos conocidos en el camino de mi vida saben que es un cineasta al que admiro. Y sobre todo una persona cuyas películas vi en una etapa de mi juventud en la que creo me influyeron bastante. Por su permanente busqueda de caminos interesantes y originales.
Con sus virtudes y sus posibles defectos, su cine tiene algo especial, y no lo digo yo, lo dice Kubrick. Y si Kubrick lo dijo; ¿cómo podemos contradecir la infalible sabiduría del "Gran Monolito" que todo lo ve y todo lo alcanza?

Ah, no quiero olvidarme de mencionar la música de Alberto Iglesias, y los actores que poblaron este peculiar universo; Carmelo Gómez, Nancho Novo, Karra Elejalde, María Barranco, Emma Suárez, los niños, que están muy presentes también en otras pelis de Medem...

Y coincido en que pocos directores españoles han captado la naturaleza de forma tan hermosa como este director; ya sea en ésta o en otras de sus películas. Quizás porque igual que desde el semáforo miraba al conductor loco con infinita curiosidad -más que con ira o repulsa-, así mira este autor el mundo y la naturaleza que nos rodea; con infinita curiosidad.
tolstoievska
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