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España España · Honor al Sabadell!
Voto de Grandine:
8
Drama. Comedia Después de haberse dado a conocer en París, un pintor regresa a su pueblo natal en pleno campo. La casa en la que pasó su infancia cuenta con un espléndido jardín, pero él ni sabe ni le apetece cuidarlo. Por eso pone un anuncio en el periódico local solicitando los servicios de un jardinero. El primer y último candidato es un compañero al que no veía desde los tiempos de la escuela. En su contacto diario con él, el pintor descubre a un ... [+]
19 de septiembre de 2007
47 de 54 usuarios han encontrado esta crítica útil
El pintor es un tipo de ciudad, uno de esos urbanitas, como bien han dicho por aquí, que sólo entiende de cultura clásica y moderna, lo que tanto gusta a los snobs de hoy en día, sin embargo, cuando se trata de labrar, pescar o menesteres más cercanos al ciudadano de clase baja/media, se pierde. En cambio, el jardinero es exactamente todo lo contrario, un tipo de ámbito rural, que conoce al dedillo todo aquello que se debe conocer sobre el campo y sus secretos. Y Becker los retrata fabulosamente, nos muestra dos personalidades totalmente contrapuestas, pero que en lugar de chocar, se unen en una instantanea y bonita amistad, y Becker nos los muestra, con esos primeros planos, les vemos sonrientes, expresivos y llenos de vigor, gracias a ese primer contacto con sus rostros, y nos llenamos también de todos esos valores que debe contener una amistad, y nos empapamos con ellos, gracias a una sencilla y brillante realización.

Pero no queda ahí, Becker es un tipo inteligente, sensible y meticuloso, uno de esos tipos que sabe que no puede ofrecer una simple historia al espectador y seguir su camino, uno de esos que cuidan el detalle y lo sumergen en un halo de dulzura, y aquí no se limita a tratar sólo la amistad, también habla sobre esos cambios, cambios que nos afectan cuando otra persona entra en nuestras vidas, nos marca y nos acoge como si fuesemos de su propia familia. Y tras ellos, quedan un montón de instantes, apegotonados en nuestro regazo, recordándonos todo lo que hemos aprendido, casi sin quererlo, al lado de todas las personas que nos han dado algo más, que no se han quedado en la superficie, que nos han brindado momentos de lo más deliciosos, y no queda otra que agradecerlo.

Si las situaciones donde se intenta ahondar, son fabulosas, sus aderezos cómicos no dan para menos, sencillamente son una puntilla más, y resultan una abstracción verdaderamente divertida a esas conversaciones que se desenvuelven con total naturalidad y encanto.
El trabajo lo rematan actores como Auteuil, que últimamente está medrando gracias a la amplia variedad de papeles que le sirven y, en especial, Jean-Pierre Darroussin, toda una sorpresa la de este actorazo que con una humanidad brillante borda un personaje de esos que, ya de por si, tienen muchísimo jugo, sacando todo el partido posible a una de esas personalidades que se te queda grabada durante mucho tiempo.
El final mejor dejarlo a parte, mejor verlo. Precioso.
Grandine
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