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Rusia Rusia · Stalingrado
Voto de Ferdydurke:
6
Thriller En Washington, una periodista se enfrenta a una pena de cárcel por desvelar el nombre de un agente de la CIA y ocultar sus fuentes de información. Basada en el caso real de Judith Miller, periodista del New York Times. Preestrenada en el Festival de Toronto, por problemas económicos de la distribuidora no llegó a estrenarse en cines, pasando directamente en primavera del 2009 al mercado de DVD. Obtuvo buenas críticas. (FILMAFFINITY)
28 de junio de 2016
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cada vez es un tema más recurrente y amenazante en el imperio dominante, cada vez nos llegan más noticias que tropiezan con el mismo enredado problema, madeja frondosa y sin desentrañar. Preguntas circulares como pescadilla que se muerde la cola. Muy abstractas en principio, muy reales en verdad.
¿Hasta qué punto la rimbombante y patriotera idea, razonable por otro lado, de la seguridad nacional debe aplastar cual insecto desvalido cualquier atisbo de libertad que la cuestione o zarandee? ¿Debe prevalecer por encima de cualquier otra razón o valor? ¿Es, de hecho, el valor supremo? O lo contrario. ¿Es solo la excusa que el poder implacable en su afán de perpetuarse/extenderse utiliza para destrozar a las personas o las entidades que le tratan de poner límites a sus continuas, interminables barrabasadas? ¿No es cierto que la libertad de información, y con ella la protección de sus fuentes, debe ser sagrada como un contrapeso indispensable para asegurar la salud democrática de una nación? O no. ¿O deben ponerse puertas al campo, a los medios revoltosos, para así evitar que den armas a los posibles y siempre muy numerosos enemigos de la madre patria?
En fin, intrincado asunto con infinidad de ramificaciones peliagudas e inextricables que pueden ser reducidas a la mínima expresión simplificada a través de lemas o dicotomías tipo: poder o libertad, seguridad o información, defensa o verdad, o, por el contrario, mejor profundizadas mediante la reflexión o a partir de historias que las desarrollen en todas sus ambiguas implicaciones y generosos desvíos.
Aquí, en esta correcta película, de nacimiento televisivo y mayor alcance de lo habitual, se centran en la salvaguarda de las fuentes por parte de una periodista y de cómo le cae encima todo el peso del estado con la (in)justicia como instrumento de tortura y control.
Los modos utilizados son demócratas y aseados, hay buenas formas, educación y ausencia de histerismos, pero el fondo es atroz y terrorífico, la posibilidad real de que pierdas casi literalmente la vida al ser enterrada de cuerpo presente en una prisión aberrante.
La película es decente y esmerada; trata de ser elegante y no cargar las tintas. Además de, pese a que se narra desde el punto de vista de ella, que, obviamente, es (debe ser) la buena, contar sin exagerar ni ser maniqueos, denunciando un estado de cosas, pero presentando a todos los elementos en juego como personas e instituciones dialogantes y humanas. Quizás ahí, en esa constante tensión entre lo personal glorificador de la protagonista y la plasmación de los intereses del poder, la película chirría un poco, parece que no lo acaban de tener del todo claro, si incidir más en lo uno, lo otro, alzar más el vuelo o quedarse en lo concreto, pero bueno, el resultado final es interesante, apañado y entretenido.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
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