No voy a mentir, ni en esta ni en ninguna de mis siguientes criticas. Takeshi Kitano es mi debilidad. Las películas de este hombre junto con el emblemático “Humor amarillo” han marcado mi todavía corta vida. De ahí el título de mi crítica, ¿Merece esta película un diez? Seguramente no, un siete sale como nota global, pero ni mi cerebro ni mi corazón no me permiten darle menos de un diez a esta obra de un genio.

La película nos cuenta la historia de Masao, un niño el cual emprende un gran aventura en busca de su madre {la cual dicen trabaja lejos}. En el camino acabaran por unirse una serie de variopintos personajes, Kitano entre ellos, que le ayudaran a completar un viaje hasta la madurez.

Aventuras, risas, ternura, esta película cuenta con un aura mágica que durante toda su duración te hace sentir extremadamente feliz. Recomendable 100%, Kitano sabe como conseguir que las escenas sean únicas, sabe jugar con los gestos, con los silencios y la banda sonora es explendida. No hay otro como nuestro Takeshi y por desgracia {el día que este nos falte} no habrá nadie que le sustituya.

La escena final te deja con una sonrisa en los labios, un regalo para el alma.