Está vida se rige por equilibrios y jamás deben caer en ruptura para propiciar y mantener estabilidad. El comportamiento humano no podía estar ajeno a esta ley y Susanne Bier lo manifiesta en este filme que la hace acreedora al Oscar en categoría de Mejor Película de habla no inglesa en el 2010.

La directora enfoca su lente en la relación amistosa entablada en dos chicos (uno huérfano de madre) y en el padre de uno de ellos, éste último haciendo labor altruista en algún lugar del continente africano. El desequilibrio ocurre cuando Christian desboca su coraje ante la impotencia que le genera la pérdida de su madre con compañeros que le provocan en constancia, así en rol justiciero defenderá a Elías quien es temeroso e incapaz de afrontarlos. Por otro lado el médico y padre de Elías adopta una actitud más pacifista, lo que lo conducirá inesperadamente al cuestionamiento de su propio hijo, así como el desafío implícito del compañero de éste en una situación lista para el descontrol.

Contrariamente a lo hecho en "Después de la boda", la directora opta por enfocarse a problemas sociales como la rabia o la serenidad, posturas desequilibradas y que hábilmente entabla en 110 minutos; adultos e infantes irán dilucidando que entre lo inapelable podría situarlos al extremo.

Buen film aunque no más que otras competidoras por la tan anhelada estatuilla.