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México México · México Distrito Federal
Voto de Coleccionista Visual:
7
Comedia. Drama Hilda, la nueva empleada doméstica, provoca un despertar en la vida de la acaudalada señora Lemarchand, quien rememora su pasado revolucionario, se cuestiona su frívolo presente y entra en una crisis de identidad. (FILMAFFINITY)
6 de septiembre de 2015
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Viernes 4 de septiembre, Cinemex Ticoman 7:50 pm. Hilda, opera prima de Andrés Clariond obra con toques de humor negro, crítica social y redirigida hacia un thriller claustrofóbico, protagonizado por la argentina Verónica Langer quien en el papel de Susana da un esbozo irrebatible de la falsa generosidad y supuesta igualdad que las clases acomodadas pregonan en discursos, pero que en el cotidiano acontecer dichas posturas son olvidadas con indicios de racismo y discriminación.

La desigualdad social y la segregación racial han estado latentes durante siglos a partir de la conquista, ambos grupos étnicos (blancos y mestizos) mayoritariamente conservan el estatus heredado por la colonia, los primeros con mayores oportunidades y mejor posición que los segundos, la división en la misma capital es inminente, donde el norte y oriente son para el proletariado, mientras que el oriente y sur para la burguesía, esta última favorecida por los grupos de poder en pro de acentuar esas diferencias.

Los personajes centrales son representantes de la clase trabajadora y la pudiente del México actual, donde la ventaja recobra posición a través de lo económico al ser Hilda y su marido los que han contraído una deuda hipotecaria con sus antiguos jefes de él. Susana centrada en conseguir una niñera para su nieto, opta por proponerle al esposo de Hilda el trabajo ideal para su mujer, con el que a su vez podrán ir reduciendo el número de pagarés que ella aun tiene en su poder. Sin embargo todo saldrá fuera de control cuando la indisposición de una de ellas y el control ejercido por la otra, aunado a la enfermedad, propiciaran eventos desfavorables para ambas.

Con una muy buena construcción de personajes a nivel de guión e interpretación, la película funciona casi en su totalidad llevándonos de una comedia que ríe de frases que remiten a "colección" o bien a la mimetización de quien presiona, a un thriller que repentinamente se desploma entre lo inverosímil y lo absurdo, al que se saca a flote por las dosificación de humor que al clímax seguía manifiesto. La presencia de secundarios se nota titubeante, el marido altivo y dominante (Fernando Becerril) —que ve como accesorio de lujo su esposa—, tiene una presencia que va diluyéndose conforme transcurre el tiempo. Para el personaje del hijo y lo que le acontece, no supera el incidental que en mensaje fortalece aquel decir: "todo depende del cristal con que se mire", pero quedando muy a la deriva de la historia central.

Película lograda que tropieza en su recta final, que machacona con lo que acontece en un país donde los de clase privilegiada al ámparo de la impunidad borran hechos igual de reprobables que para la otra clase.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Coleccionista Visual
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