Interesante y bien ejecutada película basada en hechos reales que nos relata como Kenny Wells (personaje que se basa en el canadiense David Walsh), dueño de una empresa minera llamada Washoe (empresa basada en Bre-X Minerals, empresa canadiense que fue protagonista de un gran escándalo en los 90), prácticamente arruinado, trata de que su empresa salga adelante realizando una prospección en Indonesia en busca de oro. Sin embargo esa prospección le va a deparar muchas sorpresas (que no desvelaré, pues el film basa su eficacia para con el público en los golpes de efecto, en los curiosos y a veces extravagantes giros y virajes por los que este protagonista camina).

Debo admitir que "Gold" me ha gustado mucho más de lo que esperaba, pues me he encontrado con un relato rico y abundante, que me ha entretenido, intrigado y captado mi atención en todo momento. Si bien es cierto que no estamos ante ninguna obra maestra, ya que la cinta pasa de puntillas por todas y cada una de sus situaciones y personajes... y precisamente parece que eso se debe a que es tanto lo que "Gold" nos quiere narrar que acaba por no centrarse con honestidad en ningún momento. ¡Pero eso sí!, ¡su sucesión de acontecimientos relevantes para la trama es constante y consistente siempre, un no parar!, y por eso "Gold" es tan entretenida, evolutiva y llamativa, por eso es tan eficaz.

Y es que el libreto de Patrick Massett y John Zinman no deja lugar para un solo punto muerto en la narración. Desde la introducción de esa empresa familiar cargada de anhelos y energías como es Washoe, hasta ese sueño dorado en Wall Street (no sin olvidar ese intenso giro final), pasando por la travesía y desventura que su protagonista vive en la salvaje y lluviosa Indonesia... todo en el guión va directo y sin divagar a los acontecimientos destacados y cruciales para el desarrollo argumental (también hay que admitir que el recurso del protagonista con la voz en off (que esconde un curioso desenlace en la cinta) ayuda sobremanera a dinamizar y a concretar aun más el relato).

A esto hay que sumarle que la dirección de Stephen Gaghan también acompaña en agilidad al libreto. Para ser su segundo largometraje, Gaghan demuestra una considerable habilidad y destreza tras las cámaras. Con planos/contraplanos y planos recursos cuando es necesario, no sin dejar varios coquetos planos semisubjetivos y planos detalle de lo más pertinentes para con la trama y su tono. Por su parte la inserción de la banda sonora (bastante intuitiva, fresca y original, por cierto) es todo un acierto en cada uno de sus instantes, la edición de sus planos es diligente en todo momento, y la ambientación en la puesta en escena es realmente notable (destaca la fotografía y el diseño de producción durante el acto en el que el protagonista viaja a Indonesia, con una muy lograda mezcla de ocres y verdes tanto en sus filtros como en su vestuario, y con esos paisajes torrenciales y esas ropas embarradas y mojadas). Desde luego "Gold" a nivel plástico no hace daño a la vista sino todo lo contrario, es muy agradable en su visionado y agradecida al propio relato del guión zambulléndote en sus particulares situaciones y lances.

Las interpretaciones también ponen su parte de virtud al film. Esta claro que "Gold" se ha hecho para el lucimiento de ese gran actor que es Matthew McConaughey (ya despuntaba maneras antes, pero para mí al igual que para muchos, su Ron Woodroof de "Dallas Buyers Club" (2013) supuso un antes y un después en mi manera de verlo como actor) y el intérprete de Texas no lo desaprovecha. Aquí en "Gold" McConaughey vuelve a construir un personaje de antihéroe carismático a la par que cercano (eso sí, por desgracia al actor en el libreto no le dejan desarrollar el personaje tanto como para que el de Texas haga una actuación de Oscar cargada de hondanadas y matices (no, no me ha resultado un actor insustituible en esta cinta). Y es que el guión va a lo que va: al desarrollo de esta aventura empresarial con algún pufo de por medio... algo que no deja espacio para que Kenny Wells nos sondee más en sus dimensiones humanas), y su presencia (prácticamente en cada plano del film) es suficiente como para, junto al guión, sostener el metraje. El resto de intérpretes, meras comparsas que acompañan a McConaughey, resultan tan adecuados como naturales en sus actuaciones.

En fin, creo que dejo bastante claro en mi crítica que "Gold" es una película muy muy distraída, con una elegante e inmersiva percha, y con una trama muy sinuosa que nos conduce, como al protagonista, por una montaña rusa de múltiples sensaciones e inesperados acontecimientos. Ahora bien, esto no la convierte en una cinta profunda y que nos vaya a ser recordada en nuestra memoria por un largo tiempo. Para eso hubiera necesitado lo que otros biopics como "Dallas Buyers Club", "Amadeus" (1984), "Invictus" (2009) y demás sí tenían: una dimensión personal de sus personajes más trabajada, recóndita, reflexiva y sutil (por ejemplo; el como se trata la paulatina adicción al alcohol del personaje principal es algo totalmente anecdótico sin hondanadas) o un sentido del humor muy despierto (caso de "El lobo de Wall Street" (2013)).

Aun así "Gold" resulta una buena película, muy resuelta y con intrigas, intereses y giros singulares... y con un McConaghey tan carismático como acostumbra. Desde luego me ha gustado mucho más que otros biopics del mismo corte (me vienen a la mente cintas como "Moneyball" (2011), "Cinderella Man" (2005)). Es una cinta recomendable sin lugar a dudas, y resulta un film que se puede disfrutar más de una vez como distinguido pasatiempo.

Lo mejor: Muchos dirán que la interpretación de McConaughey, pero en mi caso mas virtuoso me ha resultado el guión que, a pesar de no ser de una gran profundidad, sabe llevar al espectador por sus recovecos de inversiones en sueños y quimeras, viajes a la opulencia o selváticas desventuras...