Bajo la aparente candidez con la que empieza "Cometas en el cielo" se esconde un relato duro y escalofriante del Afganistán de los últimos 30 años. Algo que me ha recordado mucho a la excelente "Persépolis" de Marjane Satrapi (el cómic, no la película homónima) La película goza de muy buenas virtudes pero también de fallos más o menos evidentes que hacen que el conjunto general no sea tan bueno como podría haber sido.

Más estética que poética y más moralizante que testimonial. Estos son en mi opinión los principales defectos de la película. No ahonda el las emociones de los personajes sino en la emocionalidad de los hechos y las circunstancias. Se queda siempre a medio camino en el trayecto hacia el impacto emocional del espectador que es lo que pretende una y otra vez a lo largo de todo el metraje. Partiendo de un material bastante bueno, Marc Forster podría haber intentado realizar una película más personal y creativa en lugar de trasladar a imágenes el libro en el que se basa.

En el lado positivo hay que destacar las interpretaciones de los niños, lo mejor sin duda de la película. Y es que todo parece ir rodado cuando asistimos a la narración de la infancia y juventud de los protagonistas y en cambio todo se vuelve farragoso y titubeante con la separación de los mismos. Es hacia la parte final de la cinta, cuando se produce el retorno del protagonista a su Afganistán natal, cuando parece que la película cobra un nuevo impulso y retoma la intensidad. El relato se vuelve trepidante y logra convencer al espectador con un final pretendidamente optimista aunque profundamente desmoralizador. Una vez más vuelve a aparecer Estados Unidos como la tierra prometida, como el lugar de las oportunidades y de la libertad. Pero en la melancólica mirada de los personajes de esta historia se atisba siempre la triste mirada de quien aún añora el horizonte de su patria perdida y los recuerdos de tiempos mejores.