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Voto de Sibila de Delfos:
8
Drama. Intriga Finales de la década de los 80. Kat Connor es una joven de 17 años cuya vida cambia de forma inesperada cuando su madre, un ama de casa aparentemente perfecta, desaparece de repente sin dejar rastro. Aunque será complicado, Kat deberá intentar adecuarse a las nuevas circunstancias e intentar seguir adelante con su vida. (FILMAFFINITY)
19 de diciembre de 2014
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pájaro blanco de la tormenta de nieve es toda una sorpresa.
Gregg Araki, uno de los musos indie del cine estadounidense desde finales de los 90, entrega una película que podría haber pasado por un telefilme de sobremesa si no fuera por su cuidada narración, su buen desarrollo de personajes y su brillante elenco. La película combina con gran acierto la trama detectivesca o el thriller acerca de la desaparición de la madre de la protagonista con el viaje iniciático y de madurez de la joven protagonista, y lo hace de forma entretenida y consiguiendo resultados más que notables en ambos campos. La ausencia de la madre está siempre presente (valga la contradicción), marcándolo todo, afectando a todos los personajes incluso cuando no se está hablando sobre ella y guiando el devenir vital, sexual y emocional de Kat, un personaje con muchas caras distintas.
Y qué decir de los actores. A Eva Green le ha tocado bailar con la más fea, un personaje que aparece poco y hace cosas extrañas, pero solventa la papeleta con su profesionalidad y talento de siempre. De sus ojos y sus gestos dependen muchas de las cosas que pasan en la película. Shiloh Fernandez, sin necesidad de merecer ningún premio, clava el personaje del chavalín medio atontado. Y Shailene Woodley demuestra que, mucho más que los productos mainstream tipo Divergente, lo que le va en realidad es esta clase de cine, más independiente, más arriesgado, menos de estudio. El carisma y la fuerza que desprende en la piel de Kat no lo tuvo en la distopía futurista antes mencionada ni de casualidad. Que se quede por estos derroteros. Todos se lo agradeceremos.
En definitiva, una propuesta estupenda, rara pero ciertamente brillante.

Lo mejor: Shailene Woodley y el carácter indie del cine de Gregg Araki
Lo peor: No deja sensación de ser una obra maestra en ningún momento
Sibila de Delfos
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