Antes de sus "armas letales", de sus "goonies" y de su "Lady Halcón", Donner se embarcó en esta supuesta gran aventura y en el que iba a ser el reto de su carrera: Superman.

Para ello estuvo excelentemente acompañado por un suculento reparto: Brando, Hackman, Beatty, Stamp, Ford y Cooper tenían ya amplías experiencias (unos más que otros, eso sí) en el mundo del cine, pero dejaban clara la apuesta por un conjunto dramático famoso y veterano.
A ellos se les añadió la pareja protagonista formada por Margot Kidder (que ha cumplido en las películas en las cuáles cuya vida lo ha permitido) y Christopher Reeve (con grandes limitaciones como actor dramático pero con una facilidad pasmosa para el humor).

¿El resultado? Una cinta sin transgresión y sin aspavientos. Una cinta de acción de los setenta, con ciertos efectos especiales (no en exceso impresionantes) y con un humor que permite pasar con facilidad sus demasiado abundantes 143 minutos.

La versión de sobremesa, para todos los públicos, del Superhéroe por aclamación, el dual hombre con poderes al servicio de los Estados Unidos.