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España España · guadalajara
Voto de nexussiete:
8
Aventuras. Romance En el siglo IV, Egipto era una provincia del Imperio Romano. La ciudad más importante, Alejandría, se había convertido en el último baluarte de la cultura frente a un mundo en crisis, dominado por la confusión y la violencia. En el año 391, hordas de fanáticos se ensañaron con la legendaria biblioteca de Alejandría. Atrapada tras sus muros, la brillante astrónoma Hypatia (Rachel Weisz), filósofa y atea, lucha por salvar la sabiduría del ... [+]
11 de octubre de 2009
39 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los que vayan a ver una peli de Amenábar, de suspense, algún que otro susto, misterio, desarrollo trabado y retorcido, volverán decepcionados.
Ágora es una película extraña, que deja muchos ecos en quien va a verla. Muy valiente, inusual. Parece un péplum, pero habla de hoy. Qué miedo.
Cuenta una historia del pasado, la historia de una mujer que se dedica a pensar, a la filosofía, a la astronomía: el saber. Hipatia es el hilo conductor, pero no el tema de la película. Ésta va de la intolerancia y sus consecuencias. Podemos ver (y leer en cualquier libro de texto) que los politeístas atacan a los cristianos por un agravio o burla de éstos. Después son los cristianos los que devastan la Biblioteca de Alejandría y liquidan a los paganos. Y por último cristianos y judíos se enzarzan en una guerra que termina con la aniquilación de éstos. Pero lo más interesante de la película son las figuras confusas y limítrofes, los que mantienen una creencia, pero saben (o intuyen) que razón y fe no son incompatibles: Davo, Orestes, a veces el obispo de Cirene. Frente a ellos, los integristas de todo pelaje, esos que sostienen sin pestañear que Dios (el que sea) está con ellos, que La Palabra es sagrada, que sólo hay una verdad y que el otro está errado (no como ellos, que más bien están herrados), por lo que se le puede matar y mandar al otro mundo. Eso sí, por su bien y en nombre de Dios.
Me ha recordado a todas estas figura históricas (Galileo, Bruno, Darwin ), que no han pretendido ir contra la religión, aunque los dirigentes de su época sí han ido contra ellos y contra la razón.
La conclusión de la película, a mi juicio, es ésta: nada contra las creencias, pero líbrenos Dios de fundamentalistas, ciegos mentales y lectores de un solo libro. Amenábar tendrá problemas, pero será con los de siempre; no con los cristianos, sino con los vigilantes de su pureza. Pues nada, qué se le va a hacer. Que se ofendan; a los demás nos ofende su estupidez y no pedimos por ello su ingreso en prisión ni su ejecución al amanecer.
Que el Faro de Alejandría nos ilumine: la película habla de hoy.
nexussiete
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