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Voto de Luis Guillermo Cardona:
6
Aventuras. Romance Continuación de "El tigre de Esnapur". El arquitecto europeo Harald Berger y la bailarina Seetha son capturados por los hombres de Chandra. Mientras tanto, Ramigani planea arrebatarle el poder a su hermano, sirviéndose de sus aliados en palacio. Cuando Chandra se entera de la relación amorosa entre Seetha y Berger, hace llamar al doctor Rhode para encargarle la construcción de una enorme y lujosa tumba destinada a los dos enamorados. (FILMAFFINITY) [+]
14 de diciembre de 2011
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Harald Berger y su enamorada Seetha, intentan huir de la venganza del Maharajá Chandra, pero sus hombres los atrapan cuando ellos desfallecen en el desierto. Entre tanto, Ramigani, quien ha comenzado a sentir deseos de ser él quien esté sentado en el trono de su hermano, se alía con Padhu y con los decontentos del reino, para usurpar el trono de Chandra. Seetha, a quien le han dado el palacio por cárcel, mientras su enamorado Berger se pudre en una mazmorra, será usada para los intereses de Ramigani, mientras que Irene, la hermana del arquitecto y su esposo el sr. Rhode, intentan como pueden hacer algo para salvar al prisionero.

En todo este lío se desenvuelve “LA TUMBA INDIA”, continuación de “El tigre de Esnapur”, en la cual Fritz Lang consigue elevar de alguna manera el bajo nivel que traía la primera parte. Sirviéndose libremente de la interesante historia del Taj Mahal (un proyecto que había acariciado, en 1956, al lado de Alexander Korda, pero que no consiguió salir avante) y valiéndose incluso del significativo cuento oriental “La telaraña en la cueva”, el director va nutriendo esta historia que sigue demostrando que el amor no es para nada un asunto material sino tan sólo una causa del espíritu.

Debra Paget carga esta vez –y por fortuna- con el mayor peso del filme y consigue lucirse en su sensual danza ante Shiva con una cobra al lado que todo el tiempo está pensando lo mismo que nosotros. Pero, fatal error ha cometido Lang al representar a uno de los más grandes dioses de la india como una mujer fea y desnuda cuando, para los hindúes, Shiva es símbolo de la belleza andrógina (como creador de todo cuanto existe y como ser destructor que regenera siempre en un plano superior).

Tampoco fue muy afortunado en las escenas de acción, las cuales deslucen con sus improvisados actores secundarios y con unos ataques que dejan mucho que desear. Pero, el filme tiene su encanto visual al poder contar con atractivas locaciones de la India. Y aunque la iluminación resulta bastante artificiosa, y fallida en algún momento (el final de Ramigani), la fotografía cumple en general con el preciosismo del filme y la historia se deja ver como un simpático entretenimiento.

Resulta bastante curioso que, en su regreso a Alemania y terminando su carrera, la luz de Thea von Harbou vuelva a iluminar el sendero de nuestro estimado Fritz Lang, y los restantes filmes que pudo realizar, llevan su nombre como un sello indeleble... como si el destino hubiera hecho de ellos una pareja para la eternidad.
Luis Guillermo Cardona
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