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Voto de Luis Guillermo Cardona:
8
Drama Siglo XIX. Los Smith, una poderosa y rica familia de Glasgow, se trasladan a una nueva casa. Una de las hijas, Madeleine, es la niña de los ojos de su padre. Él desea que su hija se case con cierto caballero de notable posición, pero el corazón de Madeleine pertenece a un joven humilde... (FILMAFFINITY)
23 de diciembre de 2013
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Madeleine Smith es hija de una de las familias más prestantes de Glasgow, Escocia. Estamos a mediados del siglo XIX y son aquellos tiempos en que los padres decidían por sus hijas con quien debían casarse. Pero Madeleine es un espíritu rebelde, y a escondidas, mantiene una apasionada relación con Emile L’Angelier, un francés sin mayores recursos, que se ve sometido a entrar a hurtadillas en la casa para verse con su enamorada en el cuarto de la doncella.
Madeleine tiene la certeza de que su padre rechazaría a Emile por su posición social, y más cuando su mayor deseo es verla casada con William Minooh, un joven de buena posición que resulta de su completo agrado. Pero Emile aspira a una relación por la puerta de adelante y entonces insistirá para que su chica lo presente con sus padres.

Este es el inicio de un drama pasional, en el que tendrán gran peso las diferencias de clase, el autoritarismo paterno, el ímpetu por la autodeterminación, los apresurados juicios de rechazo contra aquellos que lucen humildes o los apresurados afanes de condena contra aquellos que lucen privilegiados. Estas, y otras emociones que embargan a los seres humanos, y que hacen siempre tan compleja y lejana la posibilidad de vivir en hermandad, circularán por los recintos donde transcurre una imposible historia de amor que luego se transformará en tragedia, con la posibilidad de una justa… o injusta condena.

El director David Lean, nos trae de nuevo a su segunda esposa Ann Todd como protagonista, dándole la ocasión de representar a un vigoroso personaje que bebe de fuentes del pasado y que, de alguna manera, nos remite a “La heredera” (1949) la célebre película de William Wyler. Pero Lean demuestra autenticidad y una encomiable capacidad para contar los hechos con mucha altura, y su drama consigue mantenernos cautivos de principio a fin. En particular, la escena del juicio la encuentro muy bien resuelta, abreviando con una eficiente táctica de elipsis lo que pudieron ser unas largas declaraciones. El resto es una precisa composición de imágenes que dan cuenta exacta de la sombría atmósfera que sufren los personajes, y “MADELEINE” termina siendo un drama romántico que se desenvuelve con mucha altura, dejando ver a puerta abierta, las profundas dificultades que, por siglos, han padecido las mujeres para poder decidir sobre su propia vida.

Ante la pregunta de si Madeleine es culpable o inocente, mi respuesta no guarda duda: ¡Inocente!

Título para Latinoamérica: “EL PECADO DE MADELEINE”
Luis Guillermo Cardona
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