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Voto de Luis Guillermo Cardona:
6
Intriga. Romance Un atractivo vividor coincide en el tren con una joven ingenua que acabará teniendo que pagarle el billete. Más adelante, vuelven a encontrarse en una fiesta y, tras un breve romance, ella decide casarse con él, a pesar de la oposición de su padre. Considerada por todos, incluida su familia, una solterona, está empeñada en demostrarles que alguien la puede amar. (FILMAFFINITY)
4 de agosto de 2014
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como Thriller (o suspenso) Psicológico se puede llamar a cualquier historia que involucre sensiblemente los trastornos emocionales de sus protagonistas, los cuales venían ya presentes en su personalidad o se van causando mediante una serie de hechos que llevan a tener sensaciones de tensión, angustia, prevención, miedo… haciendo imprevisible la realidad a la que no se consigue cotejar frente a la ilusión como se debiera.

En esta suerte de historias, no intervienen para nada las autoridades del estado (policías, detectives…), por tanto no pueden enmarcarse precisamente dentro del Cine Negro; y en casos como el de la película “SOSPECHA”, tampoco ésta puede caracterizarse como Historia criminal puesto que, en ella, no queda probado ningún asesinato.

Considerado el padre del Thriller psicológico, Anthony Berkeley (1893-1971), aficionado a firmar con distintos seudónimos sus novelas (A. Monmouth Platts y Francis Iles sobre todo), fue el autor de obras como “Cicely Disappears”, “Malice Aforethough”… y entre ellas, “Before the fact” (1932), en las que desarrolla la psicología de sus personajes al máximo nivel para contar intrigantes historias donde el suspenso tiene un lugar preponderante.

Pero, “Before the fact”, (en la que está basado el filme) sí es una historia de crímenes, solo que el director Alfred Hitchcock no contaba con que, en su nueva etapa en los EEUU, tendría que enfrentarse a patrones tan radicales y un tanto absurdos, como el hecho de que los actores James Stewart, Gary Cooper y Cary Grant tras convertirse en ídolos populares, ya no podían representar roles de delincuentes o criminales en las películas, porque la sociedad los había ya asumido como símbolos de la integridad del hombre americano.

Esto llevaría a que, con base en el Código de producción, la RKO obligara al director inglés a modificar el desenlace de “SOSPECHA” que, según él tenía planeado, hacía de Cary Grant lo que nadie se esperaba y el vaso de leche lo veríamos vacío, mientras Aysgart caminaba silbando por la calle y la tía de Lina leía una carta que ella le escribió. En principio incluso, habían obligado a Hitchcock a que descartara toda escena en la que Grant pareciese implicado en hechos atroces… pero este impasse se superó luego y la película logró salvarse de la mutilación fatal.

¿Y qué ha quedado? Un thriller con una inesperada pero legítima propuesta, en el que un hombre al que “todo lo condena", de pronto podría demostrar que, es un trastorno nervioso con fijaciones del pasado (recuérdese que el padre de Lina es un general) y con delirio de persecución, el que lleva a su esposa a toda suerte de especulaciones y ansiedades.

Infortunadamente, la resolución resulta tan impropia y abrupta, que no se la creen sino los incondicionales, pues de hecho, el filme se viene al piso en detrimento de sus innegables aciertos estructurales: preciosa fotografía, ajustada puesta en escena, metódica iluminación… e incluso, la brillante actuación de la tantas veces atormentada Joan Fontaine (merecedora del Oscar) y también la de Cary Grant quien, con su "infumable" piropo: “Monkey face” (que a Lina no le hace ninguna gracia, pero nunca lo objeta), ya tiene para resultar abominable.

El guión de Samson Raphaelson, Joan Harrison y Alma Reville, daba para una memorable historia criminal… pero una vez más se impuso la obstinación de los productores a quienes el arte debe tantísimos atropellos.

Título para Latinoamérica: “LA SOSPECHA”
Luis Guillermo Cardona
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