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Voto de Luis Guillermo Cardona:
10
Drama. Intriga Los doce miembros de un jurado deben juzgar a un adolescente acusado de haber matado a su padre. Todos menos uno están convencidos de la culpabilidad del acusado. El que disiente intenta con sus razonamientos introducir en el debate una duda razonable que haga recapacitar a sus compañeros para que cambien el sentido de su voto. (FILMAFFINITY)
9 de febrero de 2010
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un joven de 18 años, está siendo juzgado por el asesinato de su padre y los hechos fundamentales lo condenan: Hay una testigo que vio cuando lo apuñalaba; alguien lo oyó gritar, “te mataré”, y luego lo vieron salir corriendo de su casa; el arma homicida es idéntica a la que él poseía… y el chico no puede probar que estuvo en un cine como, en algún momento, ha declarado. Ahora, un jurado de 12 miembros debe determinar, con base en lo establecido en el juicio, si el joven merece la silla eléctrica o si hay por lo menos una duda razonable que permita declararlo inocente. El veredicto debe ser unánime, y entonces, los miembros del jurado son llevados a una sala para deliberar. El consenso parece fácil y sin dilaciones de ningún tipo… pero, en el jurado hay un hombre que considera que, antes de emitir un juicio, es necesario discutirlo primero y repasar los hechos. “No tenemos que ganar ni que perder con nuestro veredicto –dirá en algún momento- esa es la razón por la que no deberíamos convertirlo en algo personal”.

Contra toda frialdad, contra todo egocentrismo e indiferencia, brota entonces la fuerza de la razón, y un concienzudo análisis que descubrirá parte del creador y destructor acervo del inconsciente humano, hace que broten sentimientos ocultos, el más craso individualismo, afanes reprimidos de venganza... y un deseo ferviente de justicia que poco a poco va llevando luz hasta los corazones más apagados.

La obra de, Reginald Rose, es de un virtuosismo en su capacidad de extraer la nobleza que hay en cada ser humano, que para quien logre compenetrarse con su ferviente estudio, creo que saldrá renovado por completo en su interpretación de la vida. Rose entierra la apatía, cercena el actuar por lo que yo quiero y no por lo que yo debo, y nos deja tan claro el compromiso que tenemos con cada ser humano que, no exagero si digo que lo suyo parece una epifanía.

Sidney Lumet, ese brillante director de varios hitos cinematográficos, alcanza la cima desde este debut, en el que logra una correctísima puesta en escena y unas poderosas actuaciones que mantienen el clima narrativo siempre en ascenso, no obstante que la historia transcurre, prácticamente, en una sala de deliberaciones.

El filme es de una enorme fuerza psicológica. Cada escena, cada detalle, cada nueva votación, va haciendo progresiva la afloración de aquellas ocultas razones que explican a los avisados, por qué hacemos lo que hacemos y por qué decimos lo que decimos... y así, se vuelve muy débil el juzgar y más débil aún el condenar.

<<12 HOMBRES SIN PIEDAD>>, resulta imprescindible, una y ojalá muchas veces, para todos aquellos que aspiran a ejercer el Derecho; también para aquellos que lo ejercen y asumen que la justicia es la condena; y aún para toda la humanidad porque, lastimosamente, con frecuencia nos arrogamos el papel de jueces de incontables seres humanos.

Título para Latinoamérica: <<12 HOMBRES EN PUGNA>>
Luis Guillermo Cardona
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