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Voto de Luis Guillermo Cardona:
4
Aventuras. Drama Adaptación televisiva de la famosa novela de Alejandro Dumas. Edmond Dantes (Richard Chamberlain), falsamente acusado de traición por sus enemigos, es condenado a pasar el resto de su vida en las mazmorras de la isla de If. Allí conoce al abate Faria, un sabio al que todo el mundo toma por loco. Faria, además de instruir al joven en todas las disciplinas, le revela la existencia de un fabuloso tesoro escondido en una isla. Éste será el ... [+]
4 de junio de 2013
16 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
El primer bandido sátrapa de la historia del cine fue, Thomas Alva Edison. Al haber sido el inventor del Kinetoscopio y de la cinta en celuloide, con su grupo de abogados, se inventó una serie de artimañas que le permitieron convertirse en cabeza de una sociedad a la que llamó la MPPC (Motion Pictures Patents Company), en la que asoció a cuantas productoras de cine pudo… y terminó cobrando impuestos por cada metro de película filmada, y cada distribuidor o exhibidor tenía que sacar una licencia anual… con lo que, el mago de Menlo Park se hacía, aproximadamente, a un bello pero sucio millón de dólares anuales ¡en la primera década del siglo XX!

Con buenas razones y sabiendo que hay leyes antimonopolio en los Estados Unidos de Norteamérica, algunos productores inmigrantes (casi todos judíos y futuros fundadores de los más famosos Estudios cinematográficos) deciden oponerse a la especulación de Edison, y a uno de los asociados a la MPPC, el llamado “Coronel” Selig, se le ocurre escapar de los impuestos y se marcha al sur del país en busca de exteriores para la primera versión de, “El Conde de Montecristo” (1907) que dirigiría, Francis Boggs. En éstas, descubre un antiguo feudo de los indios Cherokee llamado Hollywood (Bosque de acebos), otra hermosa tierra usurpada por los blancos… y cuando los demás se enteran de sus paisajes, su clima, sus valles… y su proximidad con México para huir cuando sea necesario, pronto corren todos hacia allí y en pocos años nacería, La Meca del cine.

No pasaría una década sin que a alguien se le ocurriera hacer una nueva versión de la inmortal novela de Alexandre Dumas y Auguste Maquet: En 1913, la haría Edwin S. Porter, con James O’Neil, padre del dramaturgo, Eugene O’Neil. En 1923, Emmet J. Flynn realizaría la suya con John Gilbert; en 1934, Rowland V. Lee sería el responsable de la mejor versión hasta ahora, con Robert Donat como Edmond Dantès… y así sucesivamente, habiendo versión americana, inglesa, francesa, mexicana y hasta japonesa, sin contar con las variaciones hechas sobre el tema: “La esposa del conde…”, “El hijo de…, “La venganza de…”.

La versión de, <<EL CONDE DE MONTECRISTO>>, que ahora nos ocupa, de 1975, y encargada al ex-actor y director de teatro, David Greene -ahora convertido en director de telefilmes-, resalta por su lujosa ambientación y vestuario, y porque cuenta con un reparto internacional que incluye al ex-Dr. Kildare, Richard Chamberlain, como Dantès; a Tony Curtis como Fernand Mondego; y, entre otros, a Louis Jourdan (Dantès en la versión de 1961, de Claude Autant-Lara), haciendo ahora de Villefort.

Se retoma aquí la idea de los cuatro enemigos, y con el ánimo de hacer algo novedoso, Sidney Carroll, el guionista, se inventa la interesante idea de modificar el final, sentando el precedente de que la felicidad no puede ser el resultado de la cruel venganza… pero la escena es tan vaga que nos deja en ascuas… y además, ¿dónde está dicho que el matrimonio sea el camino a la felicidad?

Por lo demás, el filme resulta cortado a los machetazos y muy plano emocionalmente; la estadía de Edmond Dantès en la prisión, apenas es vista a vuelo de pájaro; la despedida del abate Faria, luce vaga y desentonada; el reencuentro con Mercedes, un desperdicio; su enfrentamiento con Albert parece un simple ensayo… y así, David Greene, no logra dejar huella alguna con una novela que tiene el sello de la perennidad. Éstas son las situaciones en las que, toca volver la vista atrás, para poder hallar los verdaderos tesoros.
Luis Guillermo Cardona
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