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Voto de Luis Guillermo Cardona:
10
Comedia. Romance La tranquilidad de un pequeño pueblo de Estados Unidos se ve alterada después de un baile al que asistieron algunos soldados. Trudy Kockenlocker (Betty Hutton), una hermosa chica, aparece al día siguiente borracha, con un anillo de casada en el dedo y embarazada de un hombre del que sólo conoce el apellido. Había seis soldados, pero no recuerda quién es el padre. (FILMAFFINITY)
30 de diciembre de 2010
8 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
A muchos les parecerá increíble que -sin haber sido violada-, una chica pueda quedar embarazada… y ni siquiera sepa quien es el padre; o si acaso recuerda su imagen, no tiene idea de cual es su nombre. No es insólito, ocurre con más frecuencia de la que podría pensarse y es una de las causas más comunes que motivan el aborto. La explicación a este tipo de insucesos, con alguna excepción, puede reducirse a dos palabras: Exceso y descuido. Se sobrepasan las copas o los estimulantes, y en el momento de acceder a tener relaciones, no se pone el cauchito donde debería ponerse.

Lo que le ocurre a Trudy Kockenlocker –el apellido quizá les sugiera algo- es todavía más extremo: se ha casado, ha quedado embarazada… y no sabe quién le hizo el regalito. Lo único que recuerda es que, muy solidaria con los soldaditos, estuvo en la fiesta que su pueblo, Morgan Creek, decidió hacerles antes de marchar a la guerra… y fue Norval Jones, el buenazo de su novio quien la condujo hasta allí.

Así comienza la que, enseguida, se convertirá en una de las más desternillantes comedias de la historia del cine. Eddie Bracken, como Norval, recrea al tonto más redomado y divertido con el que uno pueda cruzarse. Y Betty Hutton es una manipuladora por excelencia, con unas argucias que sorprenden al más curtido. Junto a ellos, William Demarest, es excelente como el papá policía dispuesto a salvar el honor de su hija aunque le toque birlar unas cuantas normas. Y Diana Lynn, es la hermanita de rápido razonamiento, con afán de salvar la situación en los mejores términos.

Un cuarteto genial que borda la más hilarante comedia, con unos diálogos irresistibles, con un ritmo ágil pero equilibrado, y con un conjunto de personajes secundarios que solidifican un cuento contado con chispa vigorosa y con toda la magia que puede caber en una comedia.

Desde “El Hermanito” con Harold Lloyd, no me reía tanto con una película que, considero, se merece el más alto reconocimiento para ese brillante guionista y director que fuera Preston Sturges.

A Eddie Bracken y a Betty Hutton, dos maravillosas estrellas con algo de tragedia en sus destinos –como ocurre con tantísimos comediantes- les concedo mi más alto aprecio y los tendré por siempre en el más grato de los recuerdos.

Esto es cine AAA. Una obra maestra.

Título para Latinoamérica: “EL ASOMBRO DEL SIGLO”
Luis Guillermo Cardona
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