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Voto de Luis Guillermo Cardona:
6
Intriga. Drama Una viuda (Marlene Dietrich), que para sobrevivir ha tenido que dedicarse a la prostitucion, es requerida por el Servicio Secreto Austriaco para que se convierta en un agente especial. Gracias a su extraordinaria belleza, la mujer descubre secretos del enemigo, salva miles de vidas y altera el curso de la guerra. Su debilidad es un agente ruso llamado Kranav (Victor McLaglen), que continuamente se burla de ella. (FILMAFFINITY)
12 de mayo de 2011
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
En esta sociedad, ¡machista hasta el cogote!, hasta para ser espías las mujeres llevan las de perder. Cualquier espía debe tener, primero que todo, cualidades políticas del más alto nivel: lealtad incondicional a la patria, espíritu de sacrificio y reserva absoluta. Después, si es hombre, debe ser inteligente, astuto, osado y recursivo, y todo estará a su favor. Pero, una mujer que se anime a ser espía, además de las cualidades anteriores, tiene que ser atractiva… y puta. Sólo así podrá servir “como se debe” a la patria.

Desde el momento en que se convierten en espías, tanto el hombre como la mujer, pierden su identidad y comienzan a llamarse como cualquier chatarra que vuele: H-14, como el comandante Krakov de Rusia. La H significa Hombre, Homo sapiens, Varón. Si es mujer, le asignan como a la chica de “FATALIDAD”, el código X-27. La X significa sexo, piernas abiertas, puta.

A X-27 (Marlene Dietrich siempre dispuesta a que se la devoren), le mataron al marido en acción y ahora, al verla haciendo de prostituta para poder sostenerse, el jefe del servicio secreto austríaco la contrata, pues ya sabe como llevarse con los hombres. Todo anda bien, la joven muy eficiente y leal… hasta que entra en escena un deplorable y sorprendentemente prolífico actor llamado Victor McLaglen, quien tuvo su momento iluminado en “El delator”, pero luego se dedicó a ser un mal tonto en numerosos westerns de John Ford y otras insignificancias. Coronel ruso y espía en Austria, H-14 será puesto en manos de X-27, en la que será su misión más importante.

Y con esta necia, burdamente cómica, e incompatible relación entre una polifacética actriz y un esterotipado actor de forzada sonrisa, comienza a venirse al piso una historia que lucía interesante y que, formalmente, estuvo realizada con la característica brillantez del gran Josef von Sternberg: apreciable iluminación, preciosa fotografía, un original uso de las sobreimpresiones… y hasta ese famoso tema musical, “Ondas del Danubio”, dando un aire de romanticismo al personaje central.

Después, quedará sentado que la traición es buena y encomiable siempre que sea para ayudar a los aliados. Sabremos, también, que los gatos negros traen mala suerte, pero a sus dueños. Y esa acomodación que hace X-27 de sus medias negras para seducir a quienes le apuntan, deja bien sabido que hay mujeres que, ni al momento de safarse de este gran lío machista, dejan de ser lo que siempre fueron.

Sin duda, “FATALIDAD”, es el más liviano de los siete filmes que hicieron juntos Sternberg - Dietrich.
Luis Guillermo Cardona
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