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Voto de Luis Guillermo Cardona:
7
Drama. Cine negro Sanada (Takashi Shimura) es un médico con un carácter muy peculiar, que vive atormentado por lo que pudo haber sido su vida y no fue ahogando sus penas en alcohol, aunque a pesar de todo, ejerce su labor con una dedicación casi absoluta en un barrio periférico del Tokio de postguerra, donde la mafia impone su ley en las calles. Un buen día, el doctor recibe a altas horas de la noche a un hombre (Toshirô Mifune) enfermo de tuberculosis ... [+]
30 de abril de 2010
13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Feliz encuentro entre el maestro Akira Kurosawa y el gran actor Toshiro Mifune. Iniciado el rodaje del filme, el guión estaba centrado plenamente en el personaje del Dr. Sanada, un médico temperamental, punzante y bebedor, pero al mismo tiempo noble y condescendiente, que interpretaba el atinado actor Takashi Shimura, miembro ya de la familia fílmica del director japonés. Se trataba de mostrar la ambivalente relación del singular galeno con algunos de sus pacientes, y el personaje de Mifune, un gánster llamado Matsunaga, quien llega para que le saquen un “clavo”, estaba pensado como uno más entre los pacientes de Sanada… pero he aquí, que la sorprendente actuación de Toshiro deja encantado al visionario director, y pronto, su personaje es extendido hasta el punto de ponerlo de tú a tú con el que interpreta Shimura. Y así, se iniciaría una relación descollante que daría lugar a un buen número de filmes que hoy hacen parte de lo más apreciable que nos ha legado el lejano oriente (“El Perro Rabioso”, “Rashomon”, “Los Siete Samuráis”, “Trono de Sangre”, “Yojimbo”, “Barbarroja”…).

La historia se desarrolla en un pueblo de escasos recursos, donde el gansterismo es también fuente de sobrevivencia y de poder. Las aguas lluvias anegan las calles sin pavimento, y el fango entonces, se convierte para Kurosawa en un leitmotiv que revela el hundimiento del ser en medio del alcohol y la irresponsabilidad, y quizás, el abandono de un Estado falto para todos de oportunidades.

Los personajes de Sanada y Matsunaga, se mueven en una interesante relación de amor-odio, de te acepto-te rechazo, de vive y muérete, que da cuenta de la ambivalencia humana donde lo que parece no es tal como parece.

El personaje del médico resulta también harto interesante, porque da cuenta del hombre sin pretensiones, sin afanes de enriquecimiento, y que ejerce su profesión con tanta naturalidad, que cae sin empacho en el gesto improcedente, en la frase ruda y también en el alcohol que le permite escapar, a ratos, de una realidad que no le está ofreciendo grandes perspectivas.

Se trata pues, de un retrato sobre gente del común, vista con simpatía y con clarísimos rasgos de valoración. Es evidente que, Kurosawa, conocía muy bien al pueblo.
Luis Guillermo Cardona
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