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Voto de Luis Guillermo Cardona:
6
Drama. Romance. Bélico Adaptación de la novela homónima de Leon Tolstoi. En 1805, Napoleón prepara la invasión de Rusia. Pierre Bezukhov (Henry Fonda), hijo natural de un noble, es un intelectual pacifista y ocioso. Cuando estalla la guerra, se mantiene al margen de la contienda y frecuenta la casa de sus amigos los Rostov, una acogedora familia aristocrática, en la que brilla por su encanto y generosidad Natasha (Audrey Hepburn). (FILMAFFINITY)
7 de enero de 2013
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Habiéndose tomado ya a media Europa, las ambiciones de Napoleón Bonaparte en vez de disminuir aumentaban, y entonces, tomada Polonia, al guerrero se le ocurrió que también podría tomarse a Rusia y con un gigantesco ejército marchó hacia Moscú. Comprendiendo los rusos lo difícil que sería enfrentarlo, el incondicional apoyo que el campesinado estaba ofreciendo a sus militares con tal de que expulsaran a los franceses, les sugirió la singular idea de La Tierra Arrasada… y pronto, Napoleón y sus soldados la vieron grave: Primero para adueñarse de Rusia, pues sus gobernantes escaparon en pleno y no había quien les entregara legalmente el poder. Después, incendiados los campos y desocupados los mercados, las tiendas y las viviendas, no había víveres… ni licores… ni animales… ¡ni mujeres!… y se les hizo entonces imposible subsistir.

Fue este el principio del fin del hombre que, en el siglo XIX, pretendió adueñarse del mundo entero sin entender de la historia que esto es imposible. Con maestría y con su profundo afán pacifista aprendido del maestro Jesús, el escritor ruso León Tolstoi, plasmó aquellos hechos en su epopeya literaria “Guerra y paz”, que primero se publicó en una revista (entre 1865 y 1869) y pronto le daría la vuelta al mundo en numerosas traducciones.

Con los más serios propósitos de ser fiel a la novela y buscando captar su espíritu de la mejor manera, el director estadounidense King Vidor emprendió su adaptación cinematográfica partiendo de un guión escrito por Bridget Boland (“Luz de gas”, “El prisionero”…), retocado luego por él mismo y por varios escritores italianos. Dada la gran extensión de la obra, el resultado dio para un filme mastodóntico que, con doloroso esfuerzo, fue reducido a 208 minutos.

¿Y el resultado? Una película en la que las palmas se las lleva primero el diseñador artístico Mario Chiari por sus bellísimos y relevantes escenarios. Después, la fotografía de Jack Cardiff que resulta pictórica y majestuosa. Y por último, John Mills, porque como Platón Karataev, el sabio hombre del perrito, logra al único personaje que consigue conmovernos a todo lo largo del filme. El personaje de Natasha, bellamente representado por Audrey Hepburn, y del cual guardábamos las mayores esperanzas, se extravía entre tanto corte, dándose forma a una figura en apariencia frívola, pues, la manera como pasa de un romance a otro, resulta tan ligero que más pareciera una mujer calculadora. Sirva este ejemplo para poder afirmar que el filme deja mal parados algunos hechos de la novela, y peor aún, falla profundamente en la captación de sus emociones ya que, en general, la película resulta fría y desencantada.

Digna de exaltar la recreación de la entrada y la salida de Moscú del ejército de Napoleón, por su majestuosa puesta en escena, y por qué no, el magnífico gusto que demostró Vidor en la escogencia de las más jóvenes intérpretes femeninas… ¡En esto si dio en el clavo!

Quizás el filme completo guarde la integridad que posee la novela.

Título para Latinoamérica: “LA GUERRA Y LA PAZ”
Luis Guillermo Cardona
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