Inolvidable como estremecedor retablo de Alejandro González Iñárritu que obtuvo siete nominaciones a los Oscar, consiguiendo solamente el de la banda sonora (sobresaliente y compuesta por Gustavo Santaolalla) cerrando así una trilogía iniciada con los también duros y tremebundos dramas corales como “Amores Perros” (2000), rodada en México), y la ya norteamericana “21 Gramos” (2003).

Nuevamente en colaboración con el guionista y escritor Guillermo Arriaga (notándose un acose y distanciamiento entre los dos que acabaría con lo que había sido una fructífera implicación entre los dos a la hora de escribir y materializar buenas y tensas historias de vidas cruzadas), “Babel” además de hacernos pensar en una larga torre nos lleva a la conclusión que el desplome se origina por la incapacidad de comunicarse a través de malentendidos o situaciones extremas que llevadas a cabo con la angustia y el miedo como compañeros de viaje o como sinfonía de soledad a falta de escuchar, hablar o comprender… Ésta amalgama de historias que se suceden desde un lado a otro de la frontera entre Méjico y los Estados Unidos, en una pequeña aldea perdida en pleno desierto en Marruecos o en pleno centro de Tokio…

Un hecho fatal origina un desencadenante que se podía haber evitado mucho antes de sucederse. Y cada uno de sus implicados sin asumir sus culpas se enfrenta a la más dura de las decisiones de su vida. De cómo la pasividad de unos (la falta de comunicación entre la chica japonesa y de un padre más preocupado por sus asuntos) puede acabar con la reacción en cadena de otros (los niños marroquíes cazando; el matrimonio de turistas sorprendidos, y la niñera desbocada a cuidar fuera de horas a los hijos de éstos en su ausencia…).

Cada loco con su tema. Iñárritu prosiguió su carrera con “Biutiful” (2010), rodada en Barcelona y con Javier Bardem de protagonista y Guillermo Arriaga (además de haberse estrenado como director en “Lejos de la Tierra Quemada” (The Burning Plain, 2008) también nos ha dejado novelas como “Retorno 201” o “Un Dulce Sabor a Muerte” (Norma Editorial. Verticales. Territorio Arriaga).