Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Natxo Borràs:
8
Drama Perseguida por la policía, la cómplice de un ladrón se une a un grupo de jornaleras que se dirigen a las plantaciones de arroz del valle del Po. Una vez allí, se reúne con ella su amante que proyecta apoderarse, con la ayuda de unos amigos, de la cosecha. (FILMAFFINITY)
4 de diciembre de 2014
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno de los films más remarcables del cine de posguerra italiano, más conocido como Neorealismo y que retrataba la reconstrucción, partiendo del modelo social , de un país castigado por la II Guerra Mundial y que intentaba sobrevivir recurriendo a los pocos recursos en que podía subsistir. Nombre emblemáticos surgieron de ese movimiento como Vittorio De Sica (El Ladrón de Bicicletas; Umberto D), Roberto Rossellini (Roma, Ciudad Abierta; Stromboli), Luigi Comencini (Prohibido Robar) o Giuseppe de Santis y su recordado “Riso Amaro”.

De Santis insiste inevitablemente por sus insistentes tomas de cámara con las jornaleras recolectando arroz de los afluentes del Po, sudorosas bajo el Sol y, para qué negarse ni el blanco y negro (acusador y presente en la fotografía, al que le da más valor) no impedía cesar la desprendida simbología erótica en las decenas de cuerpos femeninos, liderados por la de una joven y voluptuosa actriz de diecinueve años, Silvana Mangano de diecinueve años, que ni siquiera su rival americana en la película, Doris Dowling, puede hacerle la competencia.

Al margen de la indudable estética erótica de la película (incluidos diálogos), la película en su argumento resalta por los dos choques diferenciales entre sus protagonistas femeninas en discordia por su procedencia y condición. Cuando llega la primavera y centenares de jornaleras son contratadas desde distintas partes del país para la recolecta del arroz, Francesca (Doris Dowling) , mujer de mala vida y novia de Walter (Vittorio Gassman) un ladrón de poca monta que huye de la policía tras un robo. Al hacerse ella con el botín, un valuoso colgante, decide pasar desapercibida entre las recolectoras y en el que conocerá a Silvana (Silvana Mangano) una joven que intenta subsistir en el campo, lejos del sueño que precisamente Francesca intentaba alcanzar y que ve frustrado cuando es testigo de la realidad de muchas mujeres que intentan sobrevivir trabajando horas sin descanso.

Un reparto inigualable que, además de la Dowling y la Mangano, reúne a Vittorio Gassman y Raf Vallone como rivales masculinos y polos opuestos en esta historia realista, vivaz y de imprescindible visionado que ha servido de referencia para posteriores cineastas.
Natxo Borràs
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow