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España España · Madrid
Voto de keizz:
5
Thriller Paulina es una joven abogada que regresa a su ciudad para dedicarse a labores sociales. Trabaja en un programa de defensa de los derechos humanos en zonas humildes de la periferia de la ciudad. Tras la segunda semana de trabajo, es interceptada y atacada por una patota. Remake del clásico del cine argentino del mismo nombre, que en 1961 dirigió Daniel Tinayre, con Mirtha Legrand como protagonista. (FILMAFFINITY)
14 de enero de 2016
14 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Paulina es una joven abogada con un prometedor futuro, pero, contra lo deseos de su padre (un juez muy reputado), ella prefiere dedicarse a labores sociales. Decide trabajar en un programa de defensa de los derechos humanos y se marcha al norte de Argentin para empezar a dar clases a jóvenes en zonas marginales. Al poco tiempo de trabajar en ello, es atacada y violada por un grupo de jóvenes de esos a los que pretende educar.

“Paulina”, cinta dirigida por el argentino Santiago Mitre, me resultó un tanto irritante. Tal vez Mitre pretendía ser provocador y lograr irritar a los espectadores de su película, si es así, admito que conmigo lo consiguió. No entiendo a la Paulina de la película. Me resulta difícil creer su comportamiento, y además me saca de quicio pensar que exista gente así.

Veamos. La chica es abogada. Parece ser que tiene buenas cualidades y además su padre es juez, por lo que su futuro tiene muy buena pinta. Pero a ella no le interesa eso, y prefiere trabajar con chicos probemáticos en zonas marginales. Hasta ahí cuesta un poco entenderlo pero vale, puede ser.

Como no podía ser de otra manera, los chicos responden al intento de ayuda de la guapa profesora con una violación nocturna en un camino rural. Y ella reacciona ante ese episodio como si hubiera sido una simple contrariedad, como quien tropieza y sigue caminando. No quiere que castiguen a quienes la han violado, pretende hablar con ellos normalmente, quiere seguir dando clases, y, caso de quedarse embarazada como consecuencia de la violación, querría tener el niño.

Claro, ante ese disparatado “buenismo”, el padre se sube por las paredes, y todos los que estamos en las butacas nos identificamos con él. Y más nos hubiéramos identificado si la da un pescozón y se la hubiera llevado de vuelta a casa.

Lo peor es que todo este sinsentido queda flotando en el aire sin que uno sepa qué pasa. Paulina no explica nada. “Es cosa mía. Hay que estar en mi lugar para entenderlo”, repite, y de ahí no hay quien la saque. Si hubiera sido una beata que buscara el sacrificio en la Tierra para llegar a Dios, tendría sentido, pero no. No se explica el comportamiento de Paulina, y al no entenderlo no hay una conexión emocional entre el público y la protagonista, con lo que la película queda desangelada y no deja huella. Porque para que una película te deje poso, tiene que conectar con tu alma, y esta no tiene un hueco donde meter el enchufe.

Supongo que Mitre pretende plantear el verdadero sentido de la justicia, la inutilidad de la venganza, el modo en que los condicionales sociales e ideológicos influyen en el comportamiento, la violencia de género y la importancia de la educación para erradicarlo, etc. Pero para que el debate sea serio, el planteamiento también ha de serlo. No se puede debatir de lo que no se entiende, y a Paulina no la entiende nadie (posiblemente, ni ella misma).

En este sentido, destaco la interpretación de Dolores Fonzi, que hace de Paulina. Borda el papel. El hecho de que no comprendamos a Paulina no significa que no nos creamos su personaje. De hecho, nos irrita porque nos la creemos a ella, aunque no sus decisiones. Fascinan las expresiones de Fonzi, contenida y sobria ante las dificultades que se enfrenta, con una infranqueable determinación en el gesto pero adivinando vulnerabilidad en lo más profundo de su mirada. Para mí, lo mejor de la película.

“Paulina” está rodada con algunos largos planos secuencia, recurre al flashback para narrar la historia, y sabe mantener la tensión, aunque la resolución no convence, simplemente no existe.

La película no está tan mal, pero a mi me chirría por todas partes. Su extraño argumento me produce un estupor malo e irritante. Se trata de un grupo de tíos que violan salvajemente a una mujer indefensa, y ese hecho me parece muy fuerte e inadmisible como para que un director no lo condene, y que la víctima de tal crímen lo quiera pasar por alto en nombre de no se sabe qué razones.

Eso no debería influir en mi análisis cinematográfico, pero influye. Si hay que entender a Paulina, a mi también.

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keizz
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