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Voto de TOM REGAN:
8
6,3
16.685
Drama
Basada en las memorias escritas por Philippe Petit (Joseph Gordon-Levitt), un funambulista francés que, en 1974, guiado por su mentor Papa Rudy (Ben Kingsley), se propuso un reto nunca antes realizado: recorrer sobre un cable el espacio que separaba las Torres Gemelas de Nueva York. (FILMAFFINITY)
9 de febrero de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
02/02(02/01/16) Notable film de Robert Zemeckis, maravillosa aventura épica, hermosa oda a la vida y a las inabarcables fronteras del ser humano. Basada en hechos reales ya contados en el oscarizado y aclamado documental de James Marsh “Man on wire” (2008), con lo que el film combatirá con las comparaciones y lo previsible de la historia, para sortear este hándicap el realizador acude a una estructura narrativa ágil, trepidante, cómica, con formidables recursos narrativos que hacen atractivo el relato desde su arranque con la ruptura de la cuarta pared de Petit, hablándonos con pasión e idealismo desde la antorcha de la Estatua de la Libertad, desde donde se ve el World Trade Center, todo presentado con potencia visual. El guión del propio Zemekis y de Christopher Browne adaptan el libro de Phillippe Petit “To reach the clouds”, desarrollada en un increscendo fluido hasta desembocar en un Colosal final, donde el Cine cobra el sentido para el que se creó, Emocionar. Loable radiografía de la fuerza vital del ser humano, grito poético al arte como expresión máxima de que los límites a los sueños no existen, elogio a la individualidad, al espíritu de superación, emotivo film que te atrapa de principio a fin. Sensible y sutil Tributo, el mejor que se haya hecho a las Torres Gemelas.
Fascinante epopeya de rasgos humanistas, las barreras a la imaginación de algunas personas no existen. Un estudio de personalidad, de un tipo único, extrovertido soñador despierto, piensa que lo imposible es solo una mentira que el hombre ha inventado para autoimponerse límites, el esfuerzo, la osadía, la arrogancia, la vitalidad, el carisma, un tipo que arrolla con su pasión obsesiva. Historia que habla sobre lo complejo del arte, de las performances, del trabajo en equipo, del egoísmo, del egocentrismo, de la megalomanía, de la ilusión, y sobre todo de que la vida está para sacarle lo mejor de ella.
Film partido en tres: La primera nos presenta al protagonista, como alcanzó su vocación de artista, el encuentro con su mentor, su primera performance, el encuentro con la foto de las Torres, el encuentro con su pareja Annie, sus primeros cómplices. Tramo revestido de nostalgia, ágil, divertido, con imágenes bucólicas de un París idealizado, aunque falta profundizar en el conflicto con su familia por el que se pasa de puntillas; La segunda parte sería el tramo en que llegan a Nueva York, planteada a modo de thriller “heist”, de estilo similar a los relatos de robo de bancos, como entran en contacto con otros cómplices in situ, las incursiones en las Torres, trepidante, con suspense, con tomas impresionantes; Y la tercera parte, el clímax, Antológico, da igual todo lo demás, palidece ante estos prodigiosos casi 20 minutos en que nos sentiremos Petit sobre el cable surcando los cielos de Nueva York, flotando sobre las nubes, con vistas Magnas de la ciudad, momentos en que las palabras se quedan pequeñas ante lo que se admira, un prodigio de miscelánea entre los f/x y lo que ocurrió realmente.
Historia desarrollada a modo de relato optimista, abordando a cada personaje con dulzura, con cariño, con amabilidad, para ello Petit rompe la cuarta pared desde el inicio para contarnos los hechos a través de su filtro ayuda a imbuirnos de este tono ameno y desprovisto de melodramatismo, emocionando en algunos momentos, en otros conmoviendo, y en su clímax sobrecogiéndote, hace de la pantalla un collage de imágenes de gran energía visual, bien sea en el circo, en una plaza parisina, en la catedral de Notre Dame, en un lago o en las Torres. Un entretenimiento que supera este apelativo para elevarse a film chute de vida, de los que seguro por ejemplo hubiera gustado a Frank Capra, por la figura de este soñador que en pos de su quimera va en contra de la rígida legalidad.
Me ha sido el mejor homenaje hecho al desaparecido World Trade Center, co-protagonista en silencio de la odisea, recreadas de forma espectacular, de su figura regia, de su azotea, de sus vistas, y con la hazaña de Petit que consiguió unirlas por única vez en la Historia, dos Colosos de acero en las alturas del Sky Line de Manhattan. Zemeckis tiene la elegancia de no dárnoslo masticado y en modo melancólico, nos las muestra en toda su majestuosidad, como deben ser recordadas, homenaje a lo que el Humano es capaz de crear (tanto en edificaciones, como en arte disfuncional), no a lo que la maldad que destruye. Reseñable la recreación de este tiempo, plasmado en formato inocente y cándido, como Petit se cuela una y otra vez en las torres, como sube al ascensor y a la azotea, algo que hoy en día con la paranoia (justificada) sería algo más que imposible.
Se le puede achacar falta de profundidad en los personajes, no hay introspección alguna del héroe, adolece de conflictos dramáticos, no hay dudas, todo hacia adelante sin apenas contratiempos, unos secundarios bastante planos, no enriquecen la trama, meras muletas anuladas por el protagonista, incluso la pareja romántica de Petit queda bastante difusa. Algo más de punch en estos personajes hubiera elevado el resultado final. Hay otro punto que ni el documental, ni el film me aclaran, como es la incertidumbre de saber de dónde sacó Petit el presupuesto para realizar su Desafío, viajes a Nueva York, estancias, y todo el material debió costar bastante y esto queda en una nebulosa, no se toca, se muestra que Papa Rudy le devuelve el dinero de enseñarle a funambular, pero es suficiente?
Gran puesta en escena, maravillosa delicia estética, brillante diseño de producción de Naomi Shohan (“American Beauty”), estos escenarios enaltecidos por la magnífica fotografía Dariusz Wolski (“Dark City”), exhibiendo enorme habilidad para las profundidades de campo, viniéndose arriba en la Gloriosa escena del clímax sobre las Torres, dando al 3D verdadero motivo para existir, al servicio de la historia, un goce para la vista... (sigue en spoiler)
Fascinante epopeya de rasgos humanistas, las barreras a la imaginación de algunas personas no existen. Un estudio de personalidad, de un tipo único, extrovertido soñador despierto, piensa que lo imposible es solo una mentira que el hombre ha inventado para autoimponerse límites, el esfuerzo, la osadía, la arrogancia, la vitalidad, el carisma, un tipo que arrolla con su pasión obsesiva. Historia que habla sobre lo complejo del arte, de las performances, del trabajo en equipo, del egoísmo, del egocentrismo, de la megalomanía, de la ilusión, y sobre todo de que la vida está para sacarle lo mejor de ella.
Film partido en tres: La primera nos presenta al protagonista, como alcanzó su vocación de artista, el encuentro con su mentor, su primera performance, el encuentro con la foto de las Torres, el encuentro con su pareja Annie, sus primeros cómplices. Tramo revestido de nostalgia, ágil, divertido, con imágenes bucólicas de un París idealizado, aunque falta profundizar en el conflicto con su familia por el que se pasa de puntillas; La segunda parte sería el tramo en que llegan a Nueva York, planteada a modo de thriller “heist”, de estilo similar a los relatos de robo de bancos, como entran en contacto con otros cómplices in situ, las incursiones en las Torres, trepidante, con suspense, con tomas impresionantes; Y la tercera parte, el clímax, Antológico, da igual todo lo demás, palidece ante estos prodigiosos casi 20 minutos en que nos sentiremos Petit sobre el cable surcando los cielos de Nueva York, flotando sobre las nubes, con vistas Magnas de la ciudad, momentos en que las palabras se quedan pequeñas ante lo que se admira, un prodigio de miscelánea entre los f/x y lo que ocurrió realmente.
Historia desarrollada a modo de relato optimista, abordando a cada personaje con dulzura, con cariño, con amabilidad, para ello Petit rompe la cuarta pared desde el inicio para contarnos los hechos a través de su filtro ayuda a imbuirnos de este tono ameno y desprovisto de melodramatismo, emocionando en algunos momentos, en otros conmoviendo, y en su clímax sobrecogiéndote, hace de la pantalla un collage de imágenes de gran energía visual, bien sea en el circo, en una plaza parisina, en la catedral de Notre Dame, en un lago o en las Torres. Un entretenimiento que supera este apelativo para elevarse a film chute de vida, de los que seguro por ejemplo hubiera gustado a Frank Capra, por la figura de este soñador que en pos de su quimera va en contra de la rígida legalidad.
Me ha sido el mejor homenaje hecho al desaparecido World Trade Center, co-protagonista en silencio de la odisea, recreadas de forma espectacular, de su figura regia, de su azotea, de sus vistas, y con la hazaña de Petit que consiguió unirlas por única vez en la Historia, dos Colosos de acero en las alturas del Sky Line de Manhattan. Zemeckis tiene la elegancia de no dárnoslo masticado y en modo melancólico, nos las muestra en toda su majestuosidad, como deben ser recordadas, homenaje a lo que el Humano es capaz de crear (tanto en edificaciones, como en arte disfuncional), no a lo que la maldad que destruye. Reseñable la recreación de este tiempo, plasmado en formato inocente y cándido, como Petit se cuela una y otra vez en las torres, como sube al ascensor y a la azotea, algo que hoy en día con la paranoia (justificada) sería algo más que imposible.
Se le puede achacar falta de profundidad en los personajes, no hay introspección alguna del héroe, adolece de conflictos dramáticos, no hay dudas, todo hacia adelante sin apenas contratiempos, unos secundarios bastante planos, no enriquecen la trama, meras muletas anuladas por el protagonista, incluso la pareja romántica de Petit queda bastante difusa. Algo más de punch en estos personajes hubiera elevado el resultado final. Hay otro punto que ni el documental, ni el film me aclaran, como es la incertidumbre de saber de dónde sacó Petit el presupuesto para realizar su Desafío, viajes a Nueva York, estancias, y todo el material debió costar bastante y esto queda en una nebulosa, no se toca, se muestra que Papa Rudy le devuelve el dinero de enseñarle a funambular, pero es suficiente?
Gran puesta en escena, maravillosa delicia estética, brillante diseño de producción de Naomi Shohan (“American Beauty”), estos escenarios enaltecidos por la magnífica fotografía Dariusz Wolski (“Dark City”), exhibiendo enorme habilidad para las profundidades de campo, viniéndose arriba en la Gloriosa escena del clímax sobre las Torres, dando al 3D verdadero motivo para existir, al servicio de la historia, un goce para la vista... (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
...Salpiqueo de excelentes efectos visuales creados por el coordinador de f/x Ryal Cosgrove (“El curioso caso de benjamín Button”), hasta llegar a su Hipnótico clímax, descomunal simbiosis con la realidad, el mejor halago es que no los ves por lado alguno. Reseñable es la deliciosa música de Alan Silvestri (habitual del realizador), muy adecuada al tono distendido y ameno de la narración.
Joseph Gordon-Levitt es el alma del film, nos filtra a su antojo el relato, realiza una hipervitalista encarnación, exponiendo autosuficiencia, arrogancia, energía, vibraciones, idealismo, inquietudes, obsesivo, el vivo reflejo de la persona que persigue sus sueños, aún rozando la locura, y todo ello derrochando empatía, con un tremendo lenguaje gestual, esgrimiendo de modo fluido el francés (al parecer con acento parisino) y su acento al hablar en inglés, formidable su manejo físico, esto gracias al propio Philippe Petitt, estuvieron ocho días intensivamente practicando el funambulismo (Levitt no tenía experiencia alguna). Ben Kingsley deja impronta de actor de carisma, de temple, de pose regia, la voz de la sabiduría y la veteranía, el mentor que todos querríamos tener. Charlotte Le Bon como la pareja de Petit desprende dulzura, pero en rol algo desdibujado, muy bonita su aparición cantando un tema de Leonard Cohen en francés. El resto de secundarios tampoco resultan con alma propia, meros comparsas alrededor de Petit, César Domboy deja un buen momento cuando cuelga del hueco del ascensor con Petit, o crea un simpático rol Steve valentine, sobre todo por lo llamativo de su bizarro bigote.
Spoiler:
Momentos recordables: Primera escena, vemos a Philippe Petit, hablando efusivamente a cámara, en la antorcha de la Estatua de la Libertad, preguntando lo que todos hemos cuestionado al querer saber el porqué de una hazaña suicida y dice que es algo alejado radicalmente de una palabra que no quiere pronunciar, muerte, dice <Para mi trabajar en el cable es Vida>; A los 88 minutos llega el Antológico clímax del film, un prodigio de los efectos visuales puestos al servicio de la historia, sonando de fondo el fascinante “Für Elise” de Beethoven acompañando a los líricos pasos de Philippe sobre el cable. Durante estos 20 minutos que dura la escena nos sentimos cuasi-Philippe Petit, estamos flotando sobre Nueva York, sensación mágica, el mundo deja de existir, solo el infinito ante nosotros, de una beldad suprema, de tintes cuasi-oníricos, una excelsa comunión con las imágenes, impactantes sensaciones de libertad recorren nuestro cuerpo, un metraje vibrante, tramo glorioso en el Séptimo Arte, para siempre se te quedará en el subconsciente, gracias entre otros elementos a la portentosa labor de expresividad de Gordon-Levitt (realizada la escena sobre cable real a altura), un hito dentro de los f/x, el 3D es justificable para estos epicúreos momentos, crítica de Joe McGovern (Entertainment Weekly) "La secuencia de 17 minutos del paseo sobre el cable, es la simulación más majestuosa de un acontecimiento real desde el hundimiento del barco en 'Titanic' ".
El recorrido real de Philippe Petit nunca llegó a filmarse, solo existen de la gesta unas cuantas fotografías del acontecimiento, con lo que esta cinta se convierte en testimonio dramatizado notable de los hechos. Se han eliminado y comprimido elementos importantes en lo precedente a los hechos, en mi blog me extiendo.
En conjunto una notable propuesta, de las que te reconcilia con el cine de buenas intenciones y que resalta el espíritu inquieto humano. Recomendable a todos los que gusten de películas que te dejan un regusto duradero agradable, de las que te hacen reflexionar sobre lo que pensabas no podías hacer. Fuerza y honor!!!
Crítica cercenada por el limite de caracteres, ver íntegra en: http://tomregan.blogspot.com/2016/02/the-walk.html
Joseph Gordon-Levitt es el alma del film, nos filtra a su antojo el relato, realiza una hipervitalista encarnación, exponiendo autosuficiencia, arrogancia, energía, vibraciones, idealismo, inquietudes, obsesivo, el vivo reflejo de la persona que persigue sus sueños, aún rozando la locura, y todo ello derrochando empatía, con un tremendo lenguaje gestual, esgrimiendo de modo fluido el francés (al parecer con acento parisino) y su acento al hablar en inglés, formidable su manejo físico, esto gracias al propio Philippe Petitt, estuvieron ocho días intensivamente practicando el funambulismo (Levitt no tenía experiencia alguna). Ben Kingsley deja impronta de actor de carisma, de temple, de pose regia, la voz de la sabiduría y la veteranía, el mentor que todos querríamos tener. Charlotte Le Bon como la pareja de Petit desprende dulzura, pero en rol algo desdibujado, muy bonita su aparición cantando un tema de Leonard Cohen en francés. El resto de secundarios tampoco resultan con alma propia, meros comparsas alrededor de Petit, César Domboy deja un buen momento cuando cuelga del hueco del ascensor con Petit, o crea un simpático rol Steve valentine, sobre todo por lo llamativo de su bizarro bigote.
Spoiler:
Momentos recordables: Primera escena, vemos a Philippe Petit, hablando efusivamente a cámara, en la antorcha de la Estatua de la Libertad, preguntando lo que todos hemos cuestionado al querer saber el porqué de una hazaña suicida y dice que es algo alejado radicalmente de una palabra que no quiere pronunciar, muerte, dice <Para mi trabajar en el cable es Vida>; A los 88 minutos llega el Antológico clímax del film, un prodigio de los efectos visuales puestos al servicio de la historia, sonando de fondo el fascinante “Für Elise” de Beethoven acompañando a los líricos pasos de Philippe sobre el cable. Durante estos 20 minutos que dura la escena nos sentimos cuasi-Philippe Petit, estamos flotando sobre Nueva York, sensación mágica, el mundo deja de existir, solo el infinito ante nosotros, de una beldad suprema, de tintes cuasi-oníricos, una excelsa comunión con las imágenes, impactantes sensaciones de libertad recorren nuestro cuerpo, un metraje vibrante, tramo glorioso en el Séptimo Arte, para siempre se te quedará en el subconsciente, gracias entre otros elementos a la portentosa labor de expresividad de Gordon-Levitt (realizada la escena sobre cable real a altura), un hito dentro de los f/x, el 3D es justificable para estos epicúreos momentos, crítica de Joe McGovern (Entertainment Weekly) "La secuencia de 17 minutos del paseo sobre el cable, es la simulación más majestuosa de un acontecimiento real desde el hundimiento del barco en 'Titanic' ".
El recorrido real de Philippe Petit nunca llegó a filmarse, solo existen de la gesta unas cuantas fotografías del acontecimiento, con lo que esta cinta se convierte en testimonio dramatizado notable de los hechos. Se han eliminado y comprimido elementos importantes en lo precedente a los hechos, en mi blog me extiendo.
En conjunto una notable propuesta, de las que te reconcilia con el cine de buenas intenciones y que resalta el espíritu inquieto humano. Recomendable a todos los que gusten de películas que te dejan un regusto duradero agradable, de las que te hacen reflexionar sobre lo que pensabas no podías hacer. Fuerza y honor!!!
Crítica cercenada por el limite de caracteres, ver íntegra en: http://tomregan.blogspot.com/2016/02/the-walk.html