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Tajikistan Tajikistan · Demonlandia
Voto de Neathara:
7
Comedia. Drama Película basada en hechos reales del corredor de bolsa neoyorquino Jordan Belfort (Leonardo DiCaprio). A mediados de los años 80, Belfort era un joven honrado que perseguía el sueño americano, pero pronto en la agencia de valores aprendió que lo más importante no era hacer ganar a sus clientes, sino ser ambicioso y ganar una buena comisión. Su enorme éxito y fortuna le valió el mote de “El lobo de Wall Street”. Dinero. Poder. Mujeres. ... [+]
21 de enero de 2014
29 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
"El lobo de Wall Street" no deja de ser una revisión actualizada de viejos clásicos de Martin Scorsese. La diferencia con sus dos grandes crónicas del auge y la caída del hombre mediocre - "Goodfellas" y "Casino"- está en el tono. El Jordan Belfort de Leonardo Di Caprio no es un personaje trágico devorado por nefastas pasiones, sino un crío egocéntrico con alma de chiste que juega hasta que se le rompen los juguetes.

¡Y qué juguetes! Una mansión de ensueño, un yate digno de reyes, la más despampanante de las rubias despampanantes, las fiestas más salvajes, las drogas más exclusivas, los caprichos más extravagantes...un desmedido carrusel de codicia cuyo poder de fascinación reside en ver en cuánto más se pueden rebasar los límites.

La película retrata el exceso con gracia y brío, como invitándonos a la fiesta. Al final, las experiencias del personaje se reducen a un círculo vicioso de ganar dinero- meterse droga- celebrar orgías y realmente la historia en sí parece contar muy poco. No hay dimensiones en el personaje, un hijo bastardo entre Tony Montana y la María Antonieta de Sofia Coppola. Su entorno, lleno de personas con las que carece de relaciones significativas más allá de lo material y la diversión, resulta a partes iguales, deprimente y divertido.

A la enésima orgía y el infinitésimo chute de drogas, ya hemos perdido el sentido de la realidad tanto como los protagonistas. Hasta la aparición de Kyle Chandler, el agente del FBI que investiga a Jordan Belfort, no aterrizamos de nuevo en un punto de vista tangible.

En sus tres excesivas (en todos los sentidos) horas de duración, la impresión global es de saturación, de perplejidad ante semejante despliegue de estupidez humana y de franco alivio al no tener tan grandes vacíos que sin semejantes cantidades de dinero no se puedan llenar.

"El lobo de Wall Street" es un entretenimiento que no trasciende a nada más, ni cuenta nada que no se haya contado mejor. Sin embargo, es una buena película, vistosa y bien rodada, con actores cumplidores y alguna que otra escena para el recuerdo. Quizás la mejor de ellas sea la menos llamativa: el contraste entre esas vidas hinchadas, falsas e irreales basadas en los deseos del ego y la mirada del agente de FBI en el vagón de metro. Puro dios/gitano.
Neathara
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