Resulta una incontestable verdad que los niños de los ochenta eran más duros y guays que los niños de ahora y esto se debe a un producto cuya prohibición está siendo estudiada por un comité de sabios, tras la arrolladora presión de la opinión pública.

Algunas voces ya se alzan indignadas, solicitando separar a modo de cuarentena a las víctimas más afectadas por la poderosa sustancia para evitar que la catástrofe se cierna sobre el mundo, provocando ¡oh, coronel, mi coronel (Kurtz)! un revival de los 80.

Mientras se dilucida la peliaguda cuestión, la Historia del Cine ha tenido ocasión de consultar con unos cuantos expertos con respecto al inquietante ente y ha recabado los siguientes datos para poder completar el siguiente fascículo dedicado a "Super 8".

El doctor Joe Dante, de la prestigiosa universidad de Kingston Halls desarrolló una compleja teoría según la cual la nocilla era la magdalena proustiana de la generación de los ochenta y su sabor delicadamente avellanado tenía la facultad de reconstruir la recia arquitectura del pasado con la inmediatez con la que el azúcar pasa al torrente sanguíneo.

El doctor Randall Kleiser, director del conocido centro de investigación ThunderRoad, realizaba posteriormente un corolario de la teoría de Dante en el que la N representaba indistintante a: a) la Nocilla; b) la Nostalgia mientras que R equivaldría en ambos modos a: a) la Rebanada; b) el Recuerdo. Así pues el espectador por un natural proceso causa-efecto se debería ver impelido por R a ser untado profusamente por N incluso si bien una aplicación demasiado tardía podría provocar el indeseado efecto conocido como C: a) Colesterol; b) Criterio.

No obstante el doctor Elliott puntualizó correctamente que si N equivale en un su sentido más básico a: L (leche); C (cacao); A (avellanas) y A* (azúcar) es primordial preservar las cantidades originarias para que N no se vea rebasada por R exponiéndose así a un efecto de aridez y de pan sobrante que para nada satisfaría a cualquier niño exigente de la época que tratamos.

Finalmente el doctor Spielberg -que como sabemos es la autoridad máxima en los graves asuntos de la Santa Merienda- , nos indica en una amable entrevista desde su despacho en Neverland que el secreto de la nocilla reside únicamente en la medida en que ésta se proporcione al ex-niño ochentero, ya que vertida en cantidades industriales ha demostrado una asombrosa tendencia a superponerse a R y a C, creando así una sucedánea plasta sin gracia a la que se conoce con el nombre de "Nutella" y que es lo que "Super 8" ofrece a torpes e inconexas cucharadas.