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Voto de Iñigo Doblaje No Gracias:
4
Comedia. Drama Película basada en hechos reales del corredor de bolsa neoyorquino Jordan Belfort (Leonardo DiCaprio). A mediados de los años 80, Belfort era un joven honrado que perseguía el sueño americano, pero pronto en la agencia de valores aprendió que lo más importante no era hacer ganar a sus clientes, sino ser ambicioso y ganar una buena comisión. Su enorme éxito y fortuna le valió el mote de “El lobo de Wall Street”. Dinero. Poder. Mujeres. ... [+]
24 de octubre de 2014
8 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde Casino en 1995, intento vano de revivir el éxito de Godfellas de 1990, el megalómano Scorsese (otrora un director estimable) sólo hace mierda. Y encima está orgulloso de la misma o al menos de la caja que hace, puesto que siempre que le veo en televisión parece encantado de haberse conocido.

Jordan Belfort es un personaje real, en cuya autobiografía está basada la película. Es evidente, como que la lluvia moja, que las autografías son una sucesión de mentiras. Para mayor decepción, los derechos del libro se pagaron por más de un millón de dólares, engrosando inmoralmente la cuenta bancaria de este ratero ya en su cincuentena. Fue un broker sin escrúpulos, que hizo fortuna como tantos otros, a base de robar los ahorros de mucha gente. Eso es todo. Entre medias, una sarta de mentiras o de realidad aumentada. ¿Que se pegó juergas? Claro, como todos los millonarios. ¿Fueron como se describen? ¿De verdad importa? A más pasta, más putas y más drogas, punto. Lo importante es que se quiere contar: Ascenso y caída de un personaje anormal. Mismo argumento que Godfellas, Casino y El Aviador. Lo que le ha salido al ex-maestro: Tres horas de juergas sin daños colaterales. El Carpe Diem de la basura: Robe, dróguese y folle con mil putas que la fiesta se puede acabar de un momento a otro.

Y encima con glamour, porque Jordan Belfort, que se dedica ahora a dar seminarios de ventas, es un cretino integral, pero al ser interpretado por DiCaprio, un actor que es incapaz de hacer de malo, le da un barniz bonito y atractivo, muy lejos de la asquerosa realidad. Godfellas y Casino era ficción aunque pudiera estar basada en anécdotas reales. DeNiro y Pesci, estando graciosos se veían despreciables y daban mucho miedo. Aquí, si no se tiene espíritu crítico, uno tiende más a aspirar a tener una vida como la de Jordan Belfort, que a reflexionar que sus conductas y negocios arruinan la vida de mucha gente inocente. Ni siquiera su esposa tiene dobleces.

Cinematográficamente tampoco se salva. Tres horas de nadería con una estética videoclip típica de la MTV. No queda más remedio que cabrearse con Scorsese. Lo que hace él en esta cosa, ya lo hacen mejor cualquier crío que trabaje en televisión. Tres horas de un mamarracho sin gracia que mejor verlas en tres trozos de una para que no se te ponga el culo duro y la mala hostia no se te desborde. Ni siquiera aclara la simpleza de que el dinero y el talento no siempre van de la mano, ni que la vida hay que basarla en el dinero.

Hay algo que se me escapa. El matrimonio DiCaprio-Scorsese sólo produce películas mediocres y muy largas: El Aviador, The Departed, Shutter Island y ésta. Extraño que Hugo no la protagonizara DiCaprio. Es un actor que no me creo, haga lo que haga, muy limitado de registros. Señor Scorsese, DiCaprio no es DeNiro. No entiendo por qué ha lastrado todos sus proyectos debido a este enamoramiento. El amor es ciego.

Por último, ¿era necesario sacar tantos desnudos gratuitos? ¿Será cierto que los hombres, al alcanzar una cierta edad avanzada, nos convertimos en viejos verdes?
Iñigo Doblaje No Gracias
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