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Voto de Jose Luis:
9
Drama Basada en un hecho real ocurrido en 1850, narra la historia de Solomon Northup, un culto músico negro que vivía con su familia en Nueva York. Tras tomar una copa con dos hombres, Solomon descubre que ha sido drogado y secuestrado para ser vendido como esclavo en una plantación de Louisiana. Solomon contempla cómo todos a su alrededor sucumben a la violencia y a la desesperación. Pero él decide no rendirse y esperar a que llegue el ... [+]
9 de noviembre de 2013
276 de 333 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es complicado realizar una crítica objetiva después de las más de dos horas de injusticia y comportamiento indignante que ofrece esta "12 años de esclavitud". Sin duda son estas películas las que nos recuerdan el sentido y significado de ser humano, porque dejan una huella indeleble acerca de como el hombre puede perder su total humanidad siendo esclavizado y esclavizando.

Ciertamente no es la primera película que trata el tema de la esclavitud en Estados Unidos, pero sí que es una de las pocas que lo retrata sin tapujos, sin adornos, sin suavizar nada, porque es muy dura tanto en sus planteamientos como en sus formas (esas torturas a base de golpes, palizas y latigazos son sencillamente brutales), y además es de las pocas que trata el tema desde el punto de vista de un afroamericano libre y culto, que es engañado, drogado y secuestrado para trabajar como esclavo (Chiwetel Ejiofor realiza sin duda el papel de su carrera y sería sorprendente que no se llevara el oscar este año). A través de los ojos de su personaje, Solomon Northup, asistimos a un cruel espectáculo pre-guerra civil en el que el tiempo parecía detenerse en las plantaciones de algodón, mientras seguía avanzando en el resto del mundo.

Pero si el papel de Chiwetel Ejiofor es muy bueno, el de Michael Fassbender es sencillamente intensísimo y también tiene que merecerse algún tipo de mención en forma de premio o nominación por ese esclavista psicótico-lascivo que tiene unas idas de olla impresionantes. Su interpretación, sobre todo en el momento del castigo a latigazos, produce tal odio e indignación que sabes que estás asistiendo a una gran interpretación. Aunque, para ser sinceros, es una de esas películas en las que todo el reparto está a niveles sobresalientes, ya sea en papeles más extensos (como el de Fassbender o el de su parteneire Sarah Paulson que hace de dama sociópata de apariencia y gesto amable), o en papeles más cortos (el vendedor de esclavos de Giamatti, el esclavista con conciencia que interpreta Cumberbatch, el capataz de Paul Dano, o las cuatro escenas del constructor canadiense que interpreta Brad Pitt).

Todos y cada uno de ellos juegan un papel (a menor o mayor escala) a la hora de establecer el tipo de conciencia americana que se estaba estableciendo antes de la guerra civil que estallaría unos años después, precisamente a propósito de la esclavitud.

Es indignante la doble moral que esgrimían esos caciques de plantación algodonera o maderera, pretendiendo adoctrinar con Dios de su lado, leyendo la Biblia, pero siendo capaces de tratar a otros hombres como simple mercancía (véase el personaje de Cumberbatch y su justificación sobre sus acciones aludiendo a su estatus social y reputación, pero que no duda en separar a una madre de sus hijos, comprándola como esclava)
Fassbender representaría la parte más radical de la américa sudista, esos caciques que se creían representantes divinos en la Tierra, depositados sobre su superficie para gobernar sobre las, según ellos, razas débiles. Es increíble como esgrimían la religión a su favor sin detenerse a pensar que lo que ellos hacían incurría en un pecado contra Dios y el hombre (aunque su justificación resulte en que al ser mercancía no son seres humanos).
Pero claro, no podía faltar la parte humanitaria (Brad Pitt) representando a una Canadá abierta de mente y de corazón, en la que todos los hombres son iguales y el color de la piel no significa nada.

Pero si algo destaca en esta película, y por eso he titulado así a mi crítica, es la voluntad de vivir del ser humano que se halla en situaciones de extrema degradación y sufrimiento. Esa era la fuerza que le hacía soportar todo lo insoportable a Solomon, la voluntad de vivir para ser libre de nuevo y volver a ver a su familia. El ver cómo pese a injusticias, torturas (el momento semi-ahorcamiento que aclaro en spoiler, es muy duro), degradaciones, humillaciones... él seguía aguantando, hace pensar en lo fuerte del espíritu humano que se niega a rendirse.

Por último, destacar la dirección de Steve McQueen, que no duda en colocar la cámara ras de suelo o de ojos, o sobre heridas marcadas a latigazos sobre una espalda femenina, para llegar a las conciencias de los espectadores, con una emotividad sincera y honesta, cargada de verosimilitud y sin pretenciosidad. La fotografía es magnífica (esas variaciones cromáticas de los pantanos de Louisiana es espectacular). El diseño de producción es perfecto, y la banda sonora de Hans Zimmer es melancólica, contenida y minimalista, aunque recuerda en exceso a sus obras para "La Delgada Línea Roja" y "Origen".

Le doy un 9 con la sospecha de que es la gran rival a batir en la temporada de premios. Es una película honesta y necesaria, valiente y arriesgada que nos recuerda, precisamente, qué es lo que distingue a un ser humano de quién no lo es.

Gracias si alguien me lee y me valora positivamente!
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jose Luis
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