No falla: cada vez que una película trata de las relaciones hombre-mujer, el hombre termina descubriendo que somos todos unos primates y unos cerdos, mientras que ellas son todo sensibilidad y nobleza. Como dice el protagonista, "Qué patéticos somos". Esa es la primera parte, la segunda es que ellas, pobrecitas, están llenas de problemas y la culpa de todo la tenemos nosotros, desde el novio maltratador hasta el mismo protagonista que se culpa y se atormenta tras acostarse con Emmanuelle Chriqui: "La he utilizado". El muy imbécil.
Me asombra hasta qué punto hemos llegado a aceptar sin quejas que en la cultura popular se nos humille y se nos insulte colectivamente. Pues oiga, a mi no me da la gana. Anda que no podrían hacerse mil comedias, a cual más desternillante, con los vicios, las maldades, los complejos y las rarezas de ellas.
A ver cuándo empezamos a espabilarnos y a exigir respeto.