He leído en una de las críticas oficiales que "no logra que se olvide la gran obra de Cecil DeMille sobre Sansón y Dalila, y sinceramente, esta película ni lo pretende siquiera.

Tan solo ofrece una visión actualizada sin alejarse demasiado del texto bíblico sobre la historia de este juez de Israel cuya vida fue tan corta como desgraciada, al que el amor y la traición mataron.

Tiene bajo presupuesto, pero ha sido rodada para ofrecer a un Taylor James, quien tiene más pinta de jefe comanche que de hebreo, como un Sansón reflexivo, que piensa lo que se espera de él ya que nació consagrado, destinado...con lo que él espera de la vida.
Esto es algo que Victor Mature con todos los millones de DeMille no nos habían ofrecido antes.

Son las películas más modernas de Sansón, tanto ésta como la de los años 90 de Elizabeth Hurley y Eric Thal, las que nos ofrecen a un héroe invulnerable en sus convinciones más allá de su lujuria, un espíritu aplastado por el destino que le espera, la responsabilidad heroica de liberar a Israel de los filisteos.
Pero no era la liberación, si no su principio. En este punto Taylor James hace el mejor trabajo, secundado por un Billy Zane, cascado pero aún convincente como villano y una Caitlin Leahy como Dalila con la que Sansón tiene mucha química, pero demasiado poco tiempo en pantalla. Leahy y Taylor deberían trabajar juntos más veces, es de esas parejas que funcionan desde el principio.
Todos los episodios de la vida de Sansón, salvo licencias como lo de su hermano, pueden ser pasados por alto. El mensaje no se altera por ello.

El segundo acto es mucho mejor que el primero, tan solo la actuación de Jackson Rathbone, actor a precio de saldo con una actuación también de saldo ensombrecen el bonito mensaje.
Al final de la película parecía haber un atisbo de otro héroe bíblico aún mayor....espero que la rueden.