Seguramente sea una de las peores películas que ha derramado el cine español en este siglo XXI, pero no me cabe la menor duda de que su descarada desfachatez a la hora de copiar burdamente al género slasher americano, sabiendo de sus carencias, de la falta de carisma de sus personajes, de las interpretaciones tan salidas de tono, de los fuera de juego de guión y, sobre todo, del paso de los años, está tendiendo a revalorizar esta producción. Y es que el cine siempre será cultura.