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Voto de hanschristian:
8
Comedia. Aventuras Gustave H. (Ralph Fiennes), un legendario conserje de un famoso hotel europeo de entreguerras, entabla amistad con Zero Moustafa (Tony Revolori), un joven empleado al que convierte en su protegido. La historia trata sobre el robo y la recuperación de una pintura renacentista de valor incalculable y sobre la batalla que enfrenta a los miembros de una familia por una inmensa fortuna. Como telón de fondo, los levantamientos que ... [+]
15 de febrero de 2015
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sólo para admiradores de Wes Anderson o, en su defecto, de películas caricaturescas.

Tras revisar montones de críticas y ver a montones de señores defraudados con lo que se cuenta en esta cinta, me veo obligado a avisar a quien quiera verla por primera vez: esta película es sólo para estetas, amantes de la belleza y que tengan una visión de esa palabra tan repetida alrededor de 'The Grand Budapest Hotel': preciosista. Si les gustó 'Amélie', esta película les encantará. Si, por el contrario, detestaron 'Amélie' por lo superficial o por la falta de profundidad en el guión, no es necesario invertir ni un minuto aquí.

Inicialmente, iba a otorgarle un 9 inmediatamente al ver la película pero, transcurrida la noche anterior, y teniendo luz natural atravesando mi ventana mientras escribo, la cosa ha caído a un 8. Bien reflexionado, es cierto eso que tantos critican a la película: le falta calidad interpretativa y le falta un guión interesante. Al menos, un diálogo interesante. Pero, siendo honestos, sólo por toda la presentación de la Europa oriental de la primera mitad del siglo XX y por todo el sentido artístico desarrollado en torno a esta maravilla visual, es obligatorio partir de un 5. Aunque fuese cierto que es vacua y carente de historia (cosa totalmente falsa), el talento artístico ya bien merece la mitad de la puntuación.

'The Grand Budapest Hotel' está dividida en actos, como si de una ópera se tratase; o de una opereta, más bien. Tiene mucho más de obra teatral, que de película. Desde las interpretaciones hasta los planos, pasando por la música, todo se corresponde mucho más con una obra puramente estética que con un producto de la profundidad de Costa-Gavras, Ken Loach, o lo que sea que admiren los señores que odian esta cinta y que han dejado bien claro y firmado por triplicado que no son "gafapastas".

No cometa usted el error de esperar de esta película una historia trascendental o un guión sobrecogedor, porque terminará la película con el sabor amargo de tantos otros. Acomódese y relaje la vista, porque Wes Anderson ha creado un cuento con tanto color, que sus ojos van a necesitar varios visionados sólo para degustarlo superficialmente, y es que, donde sí es profunda, como ha quedado sobradamente remarcado, es en el trabajo visual, de una calidad impecable y que convierten a esta película en una especie de obra pictórica animada. En el aspecto artístico, donde compite directamente con Tim Burton, Wes Anderson ha ganado por goleada.

La historia no es algo especialmente trascendente a la hora de valorar una película. Objetivamente, 'Star wars' es otra ópera espacial cuya historia es, francamente, absurda, y donde el guión no alumbrará nuevos cineastas, pero es otro ejemplo, junto a esta historia, de que el guión y la historia no siempre pueden alterar la prioridad artística de una película. En este caso, se trata de una entrañable pareja de un conciérge y un botones que se enredan en el asesinato de una huésped del hotel, seguido de una historia de corrupción policíaca alrededor del robo de una obra de arte. Lo raro, de hecho, es que alguno se atreva a aseverar que la película carece de historia o que es una sucesión de escenas sin sentido (esta será la sensación de alguien que, seguramente, se haya confundido de película y haya estado viendo 'Birdman' o un episodio de 'Benny Hill'). Pero la tiene.

Las interpretaciones, por la velocidad de la narración, se quedan en mera aparición y el ritmo impide que el director pueda profundizar en el espíritu de los personajes, y es que la película no ataca ese punto, como sí tratan de hacerlo (o deberían) la mayoría de películas. Tampoco es cierto que sea una sucesión de caras conocidas, puesto que no he sabido reconocer a algunos famosos actores como Jeff Goldblum o Tilda Swinton, de tan caracterizados que estaban. Y apenas he advertido la presencia de Bill Murray, que tampoco ha sido gancho para esta película, y es que apenas realiza una pequeña intervención. El protagonista, en realidad, es el dueño del hotel, Zero, que narra la historia desde el comienzo, y se presenta durante la historia dentro de la historia, en la época en la que era botones, donde aparece un muy joven actor de apenas 17 años (Tony Revolori) haciendo un papel magnífico y con el que el espectador sentirá cierto cariño. Por último, Adrien Brody viste a un perfecto villano clásico, sin reinvenciones ni giros de tuerca al concepto: un villano muy ensombrecido que utilizará todos los medios posibles para hacerse con el cuadro robado. Como se puede observar, un cuento clásico de héroes, romance y villanos.

Lo más importante para remarcar: no es una comedia. Tampoco es un drama. Pero es injusto apelar a la falta de carcajada, y es que no trata de hacer reír en ningún momento. No sucede nada gracioso. Más bien, todo tiene un aire tenebroso y macabro, esa oscuridad presentada de forma musical que sabrán reconocer los amantes del mejor Tim Burton.

Nada tiene de "gafapasta", ni de "hipster". 'The Grand Budapest Hotel' es algo que gustaría más bien a románticos y amantes de los cuentos cinematográficos. Porque eso es lo que es: un cuento.
hanschristian
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