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Estados Unidos Estados Unidos · 544 Camp Street. New Orleans
Voto de Jinete nocturno:
9
Terror Una joven (Jessica Harper) ingresa en una exclusiva academia de baile la misma noche en que asesinan a una de las alumnas. La subdirectora del centro es la amable Madame Blank, que brinda a la nueva alumna las comodidades y facilidades necesarias para su aprendizaje. Pero, poco a poco, una atmósfera malsana se va apoderando del lugar, y la estancia de la joven se va convirtiendo en una verdadera pesadilla. (FILMAFFINITY)
17 de agosto de 2009
99 de 121 usuarios han encontrado esta crítica útil
… Esos cegadores tonos pastel: el azul de la habitación, el verde de la puerta, el salmón del patio; el rojo imposible de la sangre y de ese corazón que se entrevé asomando grotescamente del pecho; el calidoscópico estallido de esa cristalera, que colma la pantalla con un millón de arcoíris; la exquisita precisión de ese soga, que acaricia un instante el cuerpo antes de abrazarse, implacable, a su cuello…

Jamás lo hubiera creído, pero el asesinato es bello; un arte más a añadir a los siete patrocinados por las musas. Darío Argento acaba de demostrármelo. Acabo de contemplar el más hermoso crimen de la historia del cine…

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Suspiria es eso, un ejercicio de virtuosismo estético: toda una lección de cómo usar la fotografía, la escenografía y la música para generar una atmosfera onírica, irreal y absolutamente fascinante; de cómo atrapar al espectador e introducirlo en una historia a puro golpe de belleza. Una fotografía inolvidable: completamente saturada, donde los colores, absolutamente desbocados, hieren el ojo de espectador; donde el rojo y el azul rivalizan sin piedad por devorar cada fotograma; que me recuerda poderosamente, y quizás suene a disparate, a la que Ridley Scott usará en Blade Runner un lustro más tarde. Y una música, la de Goblin, obsesiva e hipnótica, que suena a verdadera risa de duende, que encaja a las mil maravillas en el siniestro cuento de hadas que quiere vendernos Argento. Todo ello sobresaliente.

Es eso, sí. Pero, por desgracia, Suspiria es poco más. Todo este despliegue de recursos estéticos acaba siendo en vano: la historia, tras un prometedor inicio y unos cuantos astutos giros de guión que consiguen mantenerte pegado a la pantalla (muy típico todo eso de Argento), se desinfla completamente y desemboca en un final pueril y casi ridículo (también típico de Argento), rematado, para más inri, por con unos efectos especiales manifiestamente mejorables. Una lástima.

Tú decides. Si eres de los que cree que el sentido del cine es contar historias y que el guión lo es todo, ésta, decididamente, no es tú película. Pero si eres (como yo) de los que piensan que el cine es un arte y que, como tal, su sentido principal es transmitir emociones y hacernos paladear nuevas sensaciones, seguramente la gozarás.
Jinete nocturno
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