La película menos famosa de las nominadas este año a mejor película en los premios Oscar resultó posiblemente, la más contundente y poderosa desde lo formal, con un guion preciso, personajes bien delineados, queribles y mejor interpretados y una banda sonora inovidable.

Todo sucede en un pueblito al oeste de Texas, muy temprano cuando apenas están abriendo los comercios, dos hermanos, Toby (Chris Pane) y Taner Howard (Ben Foster), roban un par de pequeños bancos, solo el dinero que está disponible en las cajas y ningún billete encintado, esto para hacerle frente a una situación de crisis en la familia.

Taner se nota que tiene algo de experiencia y más malicia para enfrentar los robos, a Toby se lo nota más desencanchado, para completar su objetivo deben robar un banco más, pero ellos ya están siendo cazados por dos Texas Rangers, Marcus (Jeff Bridges), un agente cerca del retiro, y su compañero Alberto (Gil Birmingham), con quien tiene una entrañable relación disfrazada de bromas racistas por el origen comanche/mexicano de Alberto.

En clave de thriller policial con un toque del western de los 70, con reminiscencias a Peckinpah o Walter Hill, Mackenzie consigue una película más que efectiva con múltiples virtudes, empezando por el guion de Taylor Sheridan, que permite profundizar en sus personajes y su problemática y motivaciones, en un contexto claramente violentado por la crisis de 2008, la cual se explicita constantemente en los anuncios espectaculares que se ven de lado en la carretera.

Otro punto a favor son las interpretaciones de todo su elenco, Jeff Bridges consigue hacer un agente en sus últimos momentos en activo con un humor muy particular pero con un gran sentido del compañerismo y muy profesional, que consigue que el espectador sienta tanta empatía por él como por los hermanos, con un Ben Foster en su salsa y un Chris Pine en el mejor papel de su carrera.

Si a eso le sumamos la música de Nick Cave y Warren Ellis, más los temas que van sonando cada tanto, cortesía de, por ejemplo, Towes Van Zandt, dan forma a una película memorable y muy disfrutable, con una narración atrapante y en constante tensión que la vuelve lo mismo profunda que emocionante.


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