España había llegado a la disputa de la final de la copa del mundo de 2010 en Sudáfrica ante la selección de Holanda, de la cual resultó ganadora, por lo tanto habría que sacarle provecho a dicha situación.

Sánchez Arévalo, director de la interesante AzulOscuroCasiNegro y de las muy irregulares Gordos y Primos, presenta la historia de una peculiar familia con menos gracia que un auto visto por debajo.

Justo el día de la final del mundial de 2010, con España como finalista, se celebra una boda en una familia integrada por cinco hermanos, el menor que se casa con su novia de la infancia, acompañado de su padre que cae enfermo y sus cuatro hermanos, todos con algún conflicto particular en la composición de la familia.

Pretendiendo metaforizar el partido más importante en la historia de la selección española con la boda familiar, el nuevo filme de Sánchez Arévalo termina banalizando todo lo que toca, haciendo uso de cualquier cliché visto en todas las comedias románticas de bodas y abusando de los estereotipos de sus personajes, todos delineados de manera bastante básica.

Estrenada en México como ‘Una final de familia’, ‘La gran familia española’, dista mucho de hacer reír, pero también de llevar a reflexión alguna, por lo menos alguna positiva respecto a lo que se ve en pantalla, y con un acabado que parece dar la impresión que se ha hecho a la carrera, con actores que se trompican a la hora de decir sus líneas.

Que si las referencias al filme de Stanley Donen, que si los nombres de los hermanos, que si el fútbol como analogía, todo queda en la superficie como mera anécdota; contando España con un cine de comedia de tradición, el filme de Sánchez Arévalo se aleja bastante de ese cine español jocoso, para acercarse más a una ramplona comedia romántica hollywoodense.