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México México · Monterrey
Voto de Quique Mex:
4
Drama. Bélico Años 40. En un pequeño pueblo de EEUU vive un niño de 7 años que padece problemas de desarrollo. Cuando su padre, casi su único amigo, se marcha al frente a combatir en la Segunda Guerra Mundial, el chico tendrá que enfrentarse no sólo a la crueldad de sus compañeros de clase, sino también a la de sus vecinos. (FILMAFFINITY)
19 de mayo de 2015
17 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya en ‘Bella’ (2006), la primera película dirigida por Alejandro Monteverde y producida por Eduardo Verástegui, se notaban las intenciones aleccionadoras y moralizantes de ambos, un alegato anti aborto torpemente narrado y manipulador en demasía. En ‘Little Boy’ el discurso se mantiene, aunque mejor filmado.

El Little Boy del título es Pepper, un chico con problemas de crecimiento que lo convierte en el objeto de burla de los demás, ante la imposibilidad de que su hermano se enliste en el ejército por tener pie plano, su lugar debe ser ocupado por el padre, quien es el gran compañero de vida del chico.

Motivado por el párroco del pueblo (Tom Wilkinson), Pepper ejercitará su fe con la intención de hacer volver a su padre a casa, luego de que ha caído prisionero de los japoneses, pues estamos en los años 40 en plena segunda guerra mundial, para ello deberá cumplir con una lista de acciones salvadoras, a la que el padre agrega que el chico se haga amigo de Hashimoto, un viejo japonés que se ha convertido en el enemigo número uno del pueblo a consecuencia de la guerra.

Filmada en Rosarito, Tijuana y otras localidades de Baja California, ‘Little Boy’ es irreprochable en el áspecto técnico, cuenta con un elenco de nombres bastantes conocidos, que incluyen además de Wilkinson a Emily Watson, Kevin James, Michael Rapaport, Ben Chaplin y el mismo Verástegui, pero la película se sostiene casi todo su metraje en el trabajo del pequeño Jakob Salvati, quien responde a medias en un personaje que se pasa la mitad de la película llorando o con el rostro compungido.

La unidimensionalidad de los personajes tampoco ayuda a levantar el relato, ya que o todos son unos intolerantes, malencarados o abusivos (el hombre que perdió a un hijo en la guerra, el hermano de Pepper, el médico, el chico gordo, etc), o todos son unos buenazos incorregibles (la madre, el hombre japonés).

Pero el gran problema de ‘Little Boy’ reside en su discurso nada sutil de lecciones y ejercicios basados en la fe cristiana, que atiborran el relato tornándolo monótono, y no conformes con eso, la banalización y manipulación de un hecho sumamente doloroso para la historia humana como el bombardeo de Hiroshima, que queda reducido a un acto de justicia divina.

Una vez más, Monteverde y Verástegui confunden el arte cinematográfico con un púlpito desde donde predican a placer.
Quique Mex
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