No hay ninguna duda de las sobradas capacidades como narrador de Ridley Scott, quien ha aportado verdaderos clásicos a la historia reciente del cine, y por nombrar sólo un par, ‘Alien, el octavo pasajero’ y ‘Blade Runner’.

En los últimos años sus filmes han dividido opiniones, ‘Prometheus’, y ‘The Conselour’ cosecharon elogios y detracciones por igual, lo que si queda claro es que sus películas difícilmente pasan desapercibidas.

Ahora se acerca a una historia que casi todo mundo conoce, la historia de Moisés y el éxodo de los hebreos, revisitado ya en filmes anteriores siendo las épicas con Charlton Heston y dirigidas por Cecil B. DeMille las que se quedaron en el inconsciente colectivo.

Hablar de lo que trata la película está un poco de más, siendo una historia ya conocida y basada en uno de los libros de la Biblia; en una película donde ya sabemos lo que va a pasar el reto pasa por otro lado, el cómo se convierte en la parte interesante, y es ahí donde mejor se luce el trabajo de Scott.

La primera parte del film, la que presenta los personajes, y expone el conflicto se torna un melodrama un tanto lento, a pesar de una puesta de escena siempre poderosa el tedio se apodera del relato de manera indefectible, llamando la atención como actores como Sigourney Weaver, Aaron Paul y Ben Kingsley que apenas aparecen, son totalmente desaprovechados.

Así, en medio de la parsimonia vemos la relación del emperador Seti (John Turturro), su preferencia por Moisés (Christian Bale) por sobre su hijo Ramsés (Joel Edgerton), quien lo habrá de suceder después de su muerte y quien continuará sometiendo al pueblo hebreo a la esclavitud y abusos, a lo que Moisés reaccionará y, conociendo su origen hebreo, habrá de liberar al pueblo del sometimiento egipcio.

Y es en este punto donde la película se torna interesante, el filme vira en una épica de grandes dimensiones, con muchos efectos especiales realmente espectaculares y donde Scott parece sentirse mucho más cómodo, la película se torna más amena y el relato fluye de manera natural volviendo a Éxodo una experiencia placentera ante una historia que ya todos nos sabemos, pero a la que Scott le inyecta un algo de novedad aprovechando las posibilidades tecnológicas.