El realizador noruego Morten Tyldum, director de ‘El código enigma’, presenta una película que fusiona el romance con la ciencia ficción y donde el verosímil carece de importancia lo mismo que el nulo desarrollo de sus personajes.

La historia se ubica en el futuro y dentro de una enorme nave espacial que realiza un muy largo viaje hacia un nuevo planeta-colonia, por parte de una compañía que explota planetas recién descubiertos para ser colonizados.

En la nave viajan más de 5 mil personas en un trayecto que ha de demorar 120 años, pero tras un accidente, dos pasajeros despiertan cuando aún restan 90 años para llegar a su destino.

El relato nunca abandona su irregularidad desde el mismo inicio, desde unas secuencias del personaje de Chris Pratt jugando a ser un Robinson Crusoe en el espacio, las cuales se vuelven anodinas, hasta la parte central del relato y lo que es primordial para quienes han realizado esta película, el romance entre las dos fulgurantes estrellas protagonistas, donde más que ahondar en las diferentes problemáticas que se sugieren en la pareja, la película decide apostar por el arrollador carisma de Pratt y Lawrence y de mostrarlos en pantalla siempre bellos e impecables.

Así, no hay dilema moral que importe, y las decisiones que se toman en el transcurso del metraje obedecen más al oportunismo de una trama previsible y simplista, en lugar de desarrollar el conflicto de la relación o profundizar en los motivos y reacciones de sus personajes, optando por salirse por la más convencional y cursi de las líneas argumentales posibles, y volviendo los momentos de supuesta aventura espacial bastante tediosos y aburridos.

‘Pasajeros’ queda reducida a un simple producto que explota el momento de gran fama de sus estrellas, desaprovechando una potente premisa y el enorme trabajo de Rodrigo Prieto en la fotografía, en una película que parece que resplandece, pero que termina por perderse.


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