Tras su debut en el largometraje con la interesante ‘Acné’, el realizador uruguayo Federico Veiroj realizó la inolvidable ‘La vida útil’, y ahora presenta una historia basada en el caso real de un joven que decide apostatar.

La historia es la de Gonzalo Tamayo, (interpretado por el no actor Alvaro Ogalla, quien es además uno de los 4 creadores del guión de la película), un tipo español que pasa de los 30 años y que un día decide renunciar a la iglesia católica.

Para ello deberá hacer frente a un terrible aparato burocrático institucional de la iglesia que trata de disuadirlo, y a su tradicional familia, que recibe la noticia con desagrado, mientras Tamayo trata de organizar su vida, que va de darle clases al hijo de su vecina, terminar sus estudios y pasar tiempo con su amada prima.

Veiroj narra la travesía de Tamayo, que se vuelve obsesiva a golpe de tanta negativa, de un tipo que lo único que tiene claro en su vida es sacar adelante esa apostasía, aunque los motivos no parece tenerlos del todo claros, siendo un hecho que lo lleva a tener sueños oníricos que le persiguen y atormentan, siendo estos momentos de lo más interesante de la película.

Las idas y vueltas del personaje principal, un tipo poco interesante y que se mueve por la vida con una actitud apesadumbrada que contagia por momentos al resto del relato, es el eje de la nueva película de Veiroj, irregular en su acabado final, con algunos momentos atrapantes y otros desconcertantes e inconexos.

La nueva película de Veiroj presenta una búsqueda diferente en cuanto al resto del cine actual, que falla en algunos momentos que remarcan demasiado ciertas situaciones, y en otras se vuelve una película inquieta e incómoda, lo que resulta su mayor virtud.


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