Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Sandro Fiorito:
7
Cine negro. Thriller Dos ex-convictos no demasiado brillantes son contratados para asaltar una lucrativa partida ilegal de poker. Las culpas recaerán sobre el organizador del juego y los ladrones podrán empezar una nueva vida. Por desgracia, el dinero robado pertenece a la mafia, que se pone en contacto con el investigador y asesino Jackie Cogan para encontrar a los culpables. (FILMAFFINITY)
31 de agosto de 2012
42 de 57 usuarios han encontrado esta crítica útil
Frankie (Scoot McNairy) y Russell (Ben Mendelsohn) son dos delincuentes de poca monta comandados por Johnny Amato (Vincent Curatola), que se apuntan al robo de una importante partida de poker ilegal organizada por Markie Trattman (Ray Liotta). Como es de esperar, el grupo mafioso afectado por el asalto no se queda de brazos cruzados y encarga a Jackie Cogan (Brad Pitt), un peculiar asesino a sueldo con sorprendentes principios morales, encontrar y ajusticiar a todos aquellos que estén involucrados en el robo de la partida. Para cubrirse las espaldas y ser fiel a su intención de cumplir con sus trabajos manteniendo cierta distancia, Cogan hace llamar a un especialista, Mickey (James Gandolfini), pero la actitud mundana de éste le provoca la duda de si será capaz de hacer correctamente su sangriento trabajo.

Puede que su argumento destile un aroma convencional pero lo llamativo, lo que hace que “Mátalos suavemente” sea una cinta original y cargada de peculiaridades es, además de su plausible, rico y atrevido apartado técnico (inmensa fotografía, cargada de imágenes frías y desoladoras pero muy contundentes, bellas en definitiva), la forma de contarlo y cómo la dirección convierte a los personajes en lo más importante de este film, pues es la descripción de los mismos a través de nutridos, absorbentes y sosegados diálogos la que se erige como el principal motor de la película. Las palabras priman sobre la acción en “Killing Them Softly”, pero las escenas más movidas y violentas de la cinta son tan brillantes como sus diálogos.

“Mátalos suavemente” es también una película extraña, que posiblemente no pueda caer bien sobre todos los espectadores a menos de que vayan mentalizados de ver una pequeña rareza (insisto que por la forma en la que se cuentan las cosas, no por lo que se cuenta) por la que el tiempo no corre demasiado rápido y en la que lo más importante, por encima de la trama, es el despliegue de sus magníficos personajes y sus características particularidades técnicas (sonoras y visuales), convirtiéndose en otro interesante aporte al subgénero del cine mafioso. Lamentablemente, si hay algo que le falta a la película es más carne en el asador, contundencia en su argumento y mensaje: definitivamente, que te cuente algo más y mejor que a lo que se limita aquí.

En el reparto sólo encontramos buenas interpretaciones, gustando el siempre notable Brad Pitt como el escrupuloso y particular matón, y James Gandolfini como el sicario especialista en horas bajas, siendo la aparición de este último lo mejor, a mi parecer, que podremos encontrar en la película. Son sus diálogos los más interesantes y la actitud de su personaje, la más cautivadora. Curiosamente, no es el único miembro del reparto de “Los Soprano” el que aparece en escena, viéndose también a Vincent Curatola y Max Casella haciendo de las suyas. Muy buen papel de Ben Mendelsohn como el ladrón drogadicto, y correcto Scoot McNairy. El trabajo de Ray Liotta es bueno, pero los escasos minutos de los que disfruta convierten su papel en testimonial. También gusta Richard Jenkins como el “contacto”.

Son varios los temas musicales escogidos con muy buen gusto por la realización, pero me quedo con el “The man comes around” del extraordinario Johnny Cash que ya sonó en el trailer y que aquí vuelve para reproducirse casi al completo durante la primera escena de Brad Pitt.

En numerosos momentos del metraje podremos escuchar discursos de Barack Obama, que al principio casi podrían considerarse como una ciega idolatría de la dirección sobre el presidente norteamericano pero que según avanza el argumento se pueden interpretar como la ironía de unas palabras que siempre han sonado muy bien pero que acaban estampándose con la realidad. Estos diálogos también se transforman en una reflexión sobre la verdadera identidad o significado de los Estados Unidos.
Sandro Fiorito
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow