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España España · málaga
Voto de nachete:
3
Romance. Comedia Daniel Rafferty (Pierce Brosnan) y Audrey Woods (Julianne Moore) son dos importantes abogados de Nueva York especializados en casos de divorcios, que llevan tiempo enfrentándose en los tribunales defendiendo los intereses de sus clientes con métodos completamente distintos. Los dos han sido testigos de múltiples casos en los que el amor se ha convertido en odio. (FILMAFFINITY)
26 de agosto de 2010
15 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las leyes de la atracción no son precisamente las que me han acercado a esta nadería sobre abogados que descubren el amor mientras mantienen un toma y daca constante, pero sí serán las qua arrastren al público a comprobar la química de esta pareja encerrada en una película que es pura convención. A Brosnan podemos dejarle un poco de lado porque sabemos de qué pie cojea, pero sí urge preguntarse qué vio Julianne Moore en este guión para animarse a hacer la película. Quizás, barrunto, el poder explayarse más a fondo en un género (la comedia) que sólo había pisado tímidamente en Nueve meses y Evolution.

La película quiere emular los duelos incendiarios clásicos del tándem Tracy-Hepburn, pero aquí todo es tan de a pie, tan inane, que pensar en la comparación da hasta un poco de risa. Brosnan propone un vaciado de carisma a su clásico registro de seductor autoconsciente, extirpándole la vena canalla (que era, por descontado, lo mejor que tenía) y cuajando, con ello, un personaje insípido y lamentable que no hay por dónde cogerlo, lo que quiere decir que todo el peso cómico de la función debe sostenerlo Julianne Moore, que, pese a intentarlo, no logra explotar la ansiada vis cómica que haga resucitar a esta película moribunda, ya sea en sus careos con Brosnan o intentando parecer despistada y/o atolondrada (la huida de la casa del susodicho).

Negada tanto para el slapstick como para el ataque verbal, torpe en las acometidas amorosas y con un guión marcado desde el minuto uno, Hasta que la ley nos separe es un litigio amoroso de muy bajos vuelos que está pidiendo a gritos mucha más mala uva, más réplicas inteligentes (o cerebros mejor dotados para la escritura) y bastante menos azúcar, que en una de divorcios no apetece salir empachado. Por no tener, ni siquiera tiene un solo secundario gracioso. Llegados a este punto, uno incluso echa de menos la caricatura desatada de la denostada Johnny English, anterior cinta del director. En fin, muy olvidable.

Lo mejor: que ni mata ni ofende.
Lo peor: es demasiado plana e insustancial, incluso para una comedia romántica.
nachete
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