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Polonia Polonia · Terrassa
Voto de Taylor:
9
Intriga. Drama Una niña aparece asesinada en el bosque de un pequeño pueblo suizo. Inmediatamente las sospechas recaen sobre el viejo vendedor ambulante que encontró el cadáver. Únicamente el comisario Mattei duda de su culpabilidad, pero se acaba de jubilar y deja el caso en manos de un compañero. Ya en el aeropuerto, a punto de despegar su avión, a Mattei le vienen a la mente algunos detalles contados por los niños de la escuela; decide entonces ... [+]
17 de junio de 2009
84 de 114 usuarios han encontrado esta crítica útil
No me considero ningún experto en jamones, os lo aseguro, pero si me viera obligado a calificar la peli de Vajda en términos gastronómicos, no me cabría la menor duda: “El cebo” es un jamón ibérico exquisito. No sé si de cebo o de recebo. Tampoco sabría discernir si procede de Guijuelo o de Trévelez. Lo único que sé es que a mi me supo a pata negra. A auténtico pata negra. Con su grasita, su puntito justo de sal y su delicioso sabor. Mmmm..., excelente.

Y aunque justo la vi ayer noche, esta mañana seguía relamiéndome los labios. Como un autómata. De poco sirvió que me hubiera cepillado enérgicamente los dientes antes de acostarme. La persistencia de su aroma me embriagaba y me recordaba que, posiblemente, acababa de visionar el mejor thriller de la historia del cine patrio. Una historia muy bien contada que me atrapó a los cinco minutos y que me obligó a pellizcarme los brazos durante todo el metraje. ¿Seguro que es española? ¿Se habrán equivocado los gerifaltes de la página al colocarle la banderita rojigualda junto al título? ¿Dónde se esconde el dramón, la risa tonta, el ramalazo folklórico, el espíritu cañí...? Mi única referencia sólida, Ladislao Vajda (el de “Marcelino, pan y vino”), no era demasiado esperanzadora, pero muy pronto mis prejuicios iniciales se fueron a tomar por saco. Me encontraba ante un macabro cuento que, lejos de adornarse y pugnar por parecer relevante, se limitaba a narrar con insólito pragmatismo y encomiable agilidad la búsqueda de un sanguinario asesino de niños. Una logradísima combinación entre “Caperucita y el lobo” y “M, el vampiro de Düsseldorf” que me encandiló mucho más que esta última (sí, lo sé: he blasfemado) y que, pese a una leve pérdida de intensidad en su tercio final, logró contagiarme ese clima de angustia y desasosiego tan genuinamente hitchcockiano.

Me sorprende, en cualquier caso, la escasísima repercusión que ha tenido un film como “El cebo” a lo largo de su más de medio siglo de existencia. Y es que resulta chocante que se sepa tan poco de una peli que, sin rasgarnos las vestiduras, podríamos situar al nivel de “El verdugo”, “Calle Mayor” o “La caza”. No he indagado al respecto, la verdad, pero me imagino que su localización y su reparto (eminentemente helvético) no invitaba precisamente a que las autoridades del régimen la promocionaran a bombo y platillo... ¿me equivoco?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Taylor
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