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España España · Barcelona
Voto de Eduardo:
5
Drama. Romance Nueva York, años 20. En la alta sociedad norteamericana, llama la atención la presencia de Jay Gatsby, un hombre misterioso e inmensamente rico, al que todos consideran un advenedizo, lo que no impide que acudan a sus fastuosas fiestas en su gran mansión de Long Island. Gatsby vive obsesionado con la idea de recuperar al amor que dejó escapar años atrás. Para ello se hará amigo de su vecino recién llegado, el joven Nick Carraway. (FILMAFFINITY) [+]
7 de abril de 2014
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
No ha tenido suerte el gran F. Scott Fitzgerald con las adaptaciones cinematográficas de sus obras. El último magnate, su novela póstuma, acabó con la carrera del delator (pero buen director) Elia Kazan. Era flojita, por decir algo. Suave es la noche acabó con la carrera de Henry King, otro de los grandes. Era insuficiente. El gran Gatsby ha pasado por la pantalla cinco veces (existe una versión muda de 1926, con Warner Baxter y Lois Wilson, cuyas copias se han perdido), con más pena que gloria. Tay Garnett tuvo que lidiar con Alan Ladd y la muy poco glamurosa Betty Field, Jack Clayton se preocupó más de seguir la moda "retro" que de profundizar en el texto (Redford y Farrow estaban bastante bien), hay un telefilm de 2000 con Mira Sorvino y Toby Stephens que no he visto, y por fin ha ido a parar a las garras de Baz Luhrmann, un individuo megalómano que se cree muy listo porque introduce hip-hop en una película ambientada en los años 20. De hecho, parece una revista de Colsada pero a lo grande, y en ningún momento podemos comprender por qué Gatsby se ha prendado hasta tal punto de una cabeza hueca como Daisy, un ser insufrible que se merece unas cuantas bofetadas. Ver al pobre DiCaprio intentar dotar de entidad a su grotesco Gatsby hace sufrir, porque en algunos momentos bordea y cae en el ridículo. En cuanto a Tobey Maguire, es un ejemplo de mistcasting total. Está fatal, vamos. La película se prolonga dos horas interminables, con escenas tan horrorosas como la de la habitación del hotel donde se reúnen los seis personajes principales. Una experiencia lamentable. Hacia el final, Luhrmann se calma un poco y la histeria del film se reduce, pero ya es demasiado tarde para solucionar el desaguisado. Fitzgerald tendrá que continuar esperando, pues, una versión digna de su hermosa obra.
Eduardo
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