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Cuba Cuba · Barcelona
Voto de Luisito:
6
Cine negro. Drama Carl Buckley (Broderick Crawford), un maquinista que teme perder su empleo, pide a su mujer (Gloria Grahame) con la que mantiene una fría relación, que interceda por él ante un ejecutivo de la compañía con el que ella había tenido relaciones antes de casarse. Pero, cuando Carl se entera del precio que su mujer ha tenido que pagar para evitar su despido, asesina al directivo durante un viaje en tren. El ferroviario Jeff Warren (Glenn ... [+]
23 de julio de 2014
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Recojo la idea de otro usuario que creo que acierta de pleno con su definición de "Deseos humanos", que más que una película de cine negro la califica de cine pasional. En lo que no puedo estar tan de acuerdo es con la valoración de la película, daré mis razones por supuesto. Si considero que es un cine de pasiones es porque los protagonistas se mueven por unos instintos que no pueden controlar y que para bien o para mal acaban definiendo su existencia. El primero de todos Broderick Crawford, celoso hasta las cejas, entregado en alma a otro de los vértices del triángulo fatal, Gloria Grahame, cuya relación con Glenn Ford señala el peligroso veneno en que se puede convertir el amor. "Deseos humanos" funciona (o no) porque esas pasiones desatadas entre los protagonistas son creíbles (o no), más allá de sus actos lo que hay que considerar como mérito de Fritz Lang es que esas emociones, esos deseos humanos, sean o no verosímiles. Yo me los creo en parte, tengo dudas y de ahí mi alejamiento de la nota media.

No hace mucho vi la primera versión del texto de Zola firmada por Renoir y me pareció igualmente digna, irreprochable en muchas cosas y la expectativa de esta versión de Lang era muy elevada. Ciertamente me quedo a medias, porque Glenn Ford puede enamorarse de quien quiera, un tío curtido que viene de la Guerra de Corea va a fijarse en la primera que le hace caso, cosas del guión que hay que asumir por el bien de la película. Pero la indefinición total de nuestra femme fatale hace que todo chirríe bastante, no sus intenciones de mujer perversa, eso me encanta, pero de los tres personajes principales es la que más dudas me provoca (¿qué hace casada con ese hombre?: eso sólo para empezar...).

A Lang no se le puede protestar la técnica, en 1954 era ya un veterano y la imagen pasa por delante del espectador de manera natural. Es un maestro, eso es indiscutible. Sin embargo se me ocurre también que la investigación policial es penosa, y eso es imperdonable en un género tan negro como la carbonilla. Las pasiones me las creo en parte, pero hay otras cosas que se me han resbalado. Pese a todo es un título imprescindible para todo seguidor del género y muy recomendable.
Luisito
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