Menudo rollazo se han marcado con esta historia del pintor flamenco y su modelo para los cuadros.
Es la típica película en la que no pasa absolutamente nada. Solo nos muestran retazos de la vida cotidiana en ese lugar y época. La chica pasea, ayuda en el servicio doméstico y traba amistad con el pintor. Y ya está, porque esta muchacha no hace mucho más, de hecho apenas habla.
Un aburrimiento insufrible que no he sido capaz de terminar de ver y del que realmente no se puede decir mucho más.
Lo único que tiene bien es la recreación del vestuario de la época.